Saturday, January 18, 2014

Porqué los Estados, las Instituciones y los Ciudadanos Deben Investigar los Fenómenos Aéreos Anómalos y Profundizar Más

Porqué los Estados, Instituciones y los Ciudadanos Deben Investigar los Fenómenos Aéreos Anómalos

Giorgio Piacenza Cabrera

Individuos, instituciones, sociedades y naciones actuales vivimos bajo marcos conceptuales obsoletos que deben cambiar. El aspecto extraterrestre de los fenómenos aéreos anómalos es un "hiper objeto" que nos fuerza a reconsiderar quienes somos. Debemos tomar "cartas sobre este asunto" y relacionarnos más directamente con lo que significa para reconsiderar  lo que es la realidad antes que sea demasiado tarde para que nos adaptemos más inteligentemente y de forma integral a la inescapable sociedad planetaria que se avecina. Lo que era considerado como fantástico, gracioso, ridículo o innecesario debe convertirse en un "otro" importante; una realidad referente necesaria y con la cual compararnos para expandir nuestros conceptos. 

Oficialmente los estados-nación modernos deben investigar objetos aéreos anómalos por motivos de seguridad nacional, protección de la integridad del espacio aéreo, de la ciudadanía y para participar como presencia internacional. Muchos países ya investigan esto por muchos años. ¿Pero en general qué investigan? ¿Es que todo tiene una explicación prosaica o quizás hay aspectos que no se admiten abiertamente porque podrían inducirnos a cuestionar más profundamente quiénes somos? En una etapa histórica en que debemos cuestionar los fundamentos de los mundos sociales y económicos que hemos construido sería conveniente saber qué fenómeno a escala mundial existe con aparentes características ontológicas anómalas.

Un término más técnico y menos asociado a “fenómeno OVNI” (que inmediatamente se confunde en el imaginario popular con “nave extraterrestre) es  “fenómenos aéreos anómalos”. Refiriéndonos a los “fenómenos aéreos anómalos” (FAAs) y más allá de errores de identificación de aviones, globos, luces de publicidad, de fenómenos meteorológicos (rayos, resplandores), astronómicos (planetas, estrellas, meteoritos), expectativas sociales que distorsionan la percepción o que tienden a interpretaciones erróneas; más allá de las patologías sicológicas, engaños y posibles experimentos sicosociales, sí existen, repito, SÍ EXISTEN verdaderos casos de objetos aéreos anómalos no solo moviéndose en zigzag con aceleraciones ‘imposibles’ sino además, a veces,  acercándose, interfiriendo e interactuando con aviones, automóviles y personas.

Hay casos de vuelos convencionales no autorizados (drogas y espías), ultraligeros, drones, satélites que caen, basura espacial, meteoritos. Hay que saber distinguir entre estas variedades y actualmente lo que en algunos casos hasta podrían ser aviones de origen terrestre pero de tecnología secreta muy avanzada. También por la misma seguridad nacional hay que reconocer (venciendo al tabú institucional propio de una mentalidad la ya cuestionada mentalidad moderna-racional-clásica bajo la que las instituciones modernas se constituyeron) que también existen demasiadas evidencias de anomalías aún más desconocidas y que parecen desempeñarse y-o interactuar inteligentemente. 

Ya el tema no es ni es ridículo-gracioso o “sin ningún fundamento científico” ni solo asignable a la fantasía personal, social, fílmica o escrita. Es más, el nivel de evidencias (físico, documentario y testimonial, incluyendo a agentes de inteligencia, científicos, militares y pilotos) ya es tal para quien seriamente investiga esto que no es necesario esperar que los científicos institucionales reconozcan las anomalías y casi todos en conjunto decidan cambiar sus “paradigmas”. Tampoco es necesario dejar de interesarnos en lo extraordinario de estos temas cuando escépticos recalcitrantes/dogmáticos (que religiosamente quieren que la realidad sea de cierta manera) selectivamente escogen algunos casos, selectivamente estudian las evidencias, dan explicaciones alternativas (a veces más increíbles y ridículas) y nos hacen creer que todo se puede explicar convencionalmente.

Ampliar en el tema: En algunos casos (mínimo un 5%) la seguridad y presencia internacional pueden estar ligadas a las implicancias sociales, legales, culturales y de seguridad ciudadana respecto a una compleja y multifacética presencia extraterrestre que demanda estudios multidisciplinarios y transdisciplinarios para determinar qué implica. “OVNI” no es sinónimo de “nave extraterrestre” solo de un objeto aéreo desconocido que podría ser “anómalo”. Sin embargo, el porcentaje de la fenomenología OVNI que implica la existencia de objetos inteligentemente fabricados con una tecnología post convencional (probablemente pre-gravítica, informacional, en control del momento y la inercia y capaz de distorsionar el espacio-tiempo) requiere aventurarnos a reconsiderar el concepto de ‘seguridad’ bajo nuevos paradigmas.

¿Si investigamos la gama de posibilidades detrás de los fenómenos aéreos anómalos, ¿qué podemos hacer distinto y mejor de lo que se ha hecho hasta ahora en varios países desde los años 40 del Siglo XX? ¿Solo más estadísticas? (entre los reportes aceptados generalmente luego de un estudio aproximadamente bien llevado con sinceridad y con parámetros científicos lo más objetivamente neutros, un 15% a 20-25%+- permanecen como “desconocidos”. Se clasifica por credibilidad, duración, tipo de evidencias, multiplicidad-repetitividad, nivel de evidencias (solo radar, radar-visual, solo testimonio circunstancial, testimonio con fotos, videos, múltiples testigos, grado de credibilidad del testigo, visualización en radar + efectos electromagnéticos + fotos y múltiples testigos, etcétera), tipo de explicación convencional hallada (a veces se fuerza una explicación). 

Según COMETA racionalmente hablando la mejor explicación (aunque contradiga “paradigmas”) sería que un 5% podría ser sumamente ‘anómalo’, de carácter inteligente, tecnológico y ET).
Sinceramente, cuando ese % de fenómenos “realmente anómalos” se verifique (aún más que lo que los especialistas más serios y ciertos gobiernos ya han podido comprobar) como de procedencia “extraterrestre” o al menos como de procedencia distinta a nuestra realidad física cotidiana, el impacto social podría ayudarnos a redefinir las percepciones y construcciones culturales-sociales de quienes somos. Se nos manifestaría un “otro” más grande; nos compararíamos con una amplitud que socialmente trasciende nuestro hogar-vehículo planetario.

La tarea es de todos puesto que los convencionalismos sobre los que hemos organizado nuestras sociedades se están quedando muy estrechos (nuestros conceptos, apegos y creencias no “alcanzan”) y ya es necesario pensar y pensarnos como habitantes de un micro sistema en comparación con otro multiplanetario mucho mayor. La real presencia ET es un fenómeno planetario que atañe a toda la especie humana y quien es responsable de representar a la humanidad entera trasciende los límites del individuo, familia, pueblo, grupo étnico, nación o estado-nación. Por eso hay evidencias de contactos tanto con representantes de estados en algunos casos como con individuos y colectivos (como es el caso del peruano Sixto Paz y el colectivo definido como “Rahma”). Todos nosotros en todos los niveles organizativos y subdivisiones - si es que logramos pensar planetariamente, identificarnos éticamente a nivel planetario por el bien común – podemos comenzar a representar y diferentes segmentos de la sociedad pueden asumir y digerir diferentes aspectos de la nueva información, por ejemplo, unos de manera más emotiva y sentimental y otros de manera más racional-conceptual.

Sin embargo, no debemos asumir que todos los seres ET que decidan abrir comunicaciones con nosotros más abiertamente tengan las mismas comprensiones (excepto quizás las básicas por las que se ponen más o menos de acuerdo entre sí para cooperar o para no interferirse mutuamente), las mismas tendencias naturales, los mismos propósitos o que nos consideren como aptos para entenderlos por igual. Aunque por regla general los diversos seres se han comportado elusivamente, en la investigación ovnilógica (donde se han acumulado datos que se puede organizar en patrones de comportamiento) obviamente se sugiere que existe una gran variedad de entidades interactuando en diversos grados con nosotros y hasta –síquicamente y a veces físicamente- entre nosotros. 

¿Cuáles son amistosos o podrían estimular el tipo de evolución benéfico que más nos conviene? Además la investigación sugiere que al menos una gran parte de ellos (entre los que podrían existir alianzas y conflictos) no son “visitantes advenedizos” sino que podrían haber compartido en bases subterráneas nuestro planeta por muchos siglos y quizás miles o millones de años (antes de la aparición del hombre moderno).  ¿Cuáles son nuestros derechos ante esto? ¿Cuáles son sus derechos? ¿Cómo debe evolucionar el concepto de “derecho”?

Por todas estas razones (y porque si no nos reconocemos como una especie planetaria que respeta a su ambiente podríamos ser reemplazados o controlados) nos atañe urgentemente SABER lo qué está pasando. ¿Quiénes intervinieron en el pasado? ¿Influyeron en nuestros genes? ¿Si fuera así ¿quiénes, cómo y cuáles son sus expectativas actuales respecto a nosotros? ¿Con cuales más nos conviene relacionarnos abiertamente no solo por motivos de desarrollo cultural sino por motivos de seguridad? Si siguiéramos por el mismo camino destructivo pre-integral y pre-ecológico, terminaríamos con atrofias y defectos como algunos de ‘ellos’ parecen tener o acabaríamos siendo absorbidos por un subgrupo en particular?

¿Los hay “intrusos” “observadores” “guardianes” y “ayudantes” como el profesor de política internacional y paz mundial Michael Salla, PhD y consejeros del Exopolitics Institute (Instituto de Exopolítica) han evaluado en base a los comportamientos que exhiben (y en base a testimonios de “whistleblowers” (informantes) retirados y activos que trabajaron en proyectos secretos para los gobiernos, documentos  analizados que han escapado del control institucional, documentos desclasificados, testimonios recopilado comparativamente luego de décadas de una gran variedad de contactados y abducidos, la existencia de acciones físicas y evidencias físicas de varios tipos, etcétera)?

El camino a seguir es el mejor posible…el de la Verdad, el de creer en la gente y su potencial adaptativo y de construcción social de sus realidades. Creo que sin un conocimiento común del factor extraterrestre nuestros marcos de referencias (necesarios para la construcción de identidades individuales y sociales) serán insuficientes para adaptarnos a la era planetaria, a la influencia declarada del “antropoceno”.

Además el cambio no necesariamente tiene que ser ultra rápido sino gradual, digerible. Ya se han liberado miles de archivos clasificados del fenómeno OVNI en Brasil e Inglaterra y no ha habido ni un pánico ni un cambio rápido. En este periodo de modernidad liquida que menciona el sociólogo Sygmunt Bauman la gente es más adaptativa puesto que la solidez de las instituciones es menor. Sin embargo creo que es urgente que la gente sepa el grueso de la verdad sobre esta presencia extraterrestre antes que las instituciones lleguen a ser mucho más irrelevantes y pasen a ser una simple necesidad para mantener el orden necesario para vivir en conjunto. Igualmente si la gente supiera el grueso de lo que se ha ocultado sobre la presencia ET no creo que habría un pánico. También sabrían que estamos protegidos y que las variedades de seres que se acercan para interactuar con nosotros depende de qué escogemos hacer como humanidad en distintas escalas sociales. En general, la gente saldría a trabajar como de costumbre y, según información recibida por amigos contactados que considero creíbles (y que me parece razonable), tendríamos unos 300 a 400 años para completamente integrarnos a la comunidad cósmica con madurez suficiente.

Más especulativamente, quizás con una gran apertura de conocimientos respecto a la historia completa de quienes somos se activen memorias colectivas y –junto con una más amplia construcción social de nuestras culturas y sus premisas epistemológicas – logremos epigenéticamente activar elementos genéticos que inciden en nuestras biosíquicas predisposiciones, en lo que sueltamente (casi siempre de manera negativa) llamamos “naturaleza humana”, predisposiciones actualmente anacrónicamente limitadas a manifestar adaptaciones sociobiológicas probablemente más aptas para sobrevivir de forma demasiado atomística dentro de un mundo físico material clásico.

Como Timothy Morton anuncia, quizás necesitamos exponernos a “hiper objetos” u objetos que escapan de nuestras expectativas propias a adaptaciones espacio-temporales locales. Objetos (como los OVNIS que aparecen a nivel planetario sugiriendo otras reglas físicas y formas de ser) también son “hiper objetos”. Los necesitamos para abrirnos a creer que es posible modificar nuestras creencias, premisas y conducta destructiva y anacrónica sobre este planeta. Los necesitamos no necesariamente para anular lo verdaderamente conocido y descubierto sino para AMPLIAR lo que ya sabemos.

La política internacional fue alimentada por las teorías “realista” y “liberal” que enfatizan el actuar por beneficios e intereses por separado sin una visión global de conjunto. Por otro lado tenemos la teoría del Sistema Global que enfatiza el control del sistema (bajo una hegemonía cultural) por sobre las naciones individuales. Más recientemente tenemos la teoría construccionista que demuestra que nuestras categorías esenciales sobre la realidad internacional son construcciones sociales que pueden cambiar. Sin embargo, no sugiere qué construir para dejar de vernos como enemigos y-o competidores globales.

Para empezar a modificar nuestras construcciones sociales hacia la elaboración de una sociedad planetaria más sinérgica debemos ponernos en contactos con realidades que ya funcionan con fundamentos más interconectadas. Debemos ponernos en contacto con sociedades que utilizan de manera práctica la no-localidad física y síquica para transportarse colapsando espacio-tiempo según sus necesidades pero dentro de patrones transdimensionales más armónicos.  Debe incrementar la información sobre estos otros potenciales referentes  antes que sea demasiado tarde para que el “despertar” rinda sus mejores frutos a largo plazo.

Habría que incrementar la información general cuanto antes puesto que habría una “ventana de oportunidad” que puede pasar y esto requerirá una mayor apertura de subgrupos que en base al nacionalismo, al interés de subgrupos y a seguir construyendo sus entendimientos de la Vida basados en el temor) cuentan con grandes recursos, amplia libertad de acción que no pasa por los medios de control democráticos y que - hasta cierto punto - controlan qué y cómo informar o no a la población…una vez más aun basándose en la necesidad de defender una forma de ser a costa de una visión más inclusiva, en algunos casos por la búsqueda incesante de crecimiento y poderío tecnológico armamentista o por el temor; diferenciaciones exclusivistas propios de un pensamiento pre- integrador y pre-planetario; un pensamiento que –a mi modo de ver – nos predispone y relaciona más con influencias inteligentes extraterrestres más problemáticas y que probablemente siguieron trayectorias similares.

Incrementar la información disponible a la población antes que sea demasiado tarde; antes que sea indistinto para una humanidad (quizás ‘caotizada’ y bajo yugos dictatoriales hipermodernos, en medio de grandes crisis de viabilidad) requerirá interesarse y verificar personalmente y vicariamente que el contacto existe, es profundo y aunque relativamente sutil, generalizado. Y habría que hacerlo a nivel individual, de grupos, de instituciones académicas, gubernamentales y hasta religiosas e internacionales que aún tienen cierta credibilidad. También requerirá verificar que además en medio de esta situación contamos con muchos ‘amigos’ que aún creen en nuestras posibilidades internas, manteniendo un  equilibrio de poder menos intervencionista mientras esperan que nos preparemos para el diálogo la valoración y construcción social-cultural mutua.

Hay evidencia que los niveles de contacto comunicativos con esta variedad de seres sí puede incrementarse y que está gradualmente sucediendo, dándose así una oportunidad parecida a lo que sucedió en los años 50 y 60 en los Estados Unidos (pero que aparentemente fue suprimido). para la transición hacia una sociedad mundial que equilibre la espiritualidad, la libertad y la unión, respetando la creación, necesitamos interesarnos en entender qué está pasando y en fortalecer estos contactos de la variedad que podemos no solo considerar “diplomáticos” sino FRATERNALES.  

Bibliografía

www.ufoevidence.org   (mucha información recopilada con estudios serios y archivos históricos)

http://www.disclosureproject.org/  (Múltiples testigos de alto nivel, muchos de los cuales trabajaron para el gobierno y atestiguaron OVNIS y eventos relacionados).

http://ufosontherecord.com/leslie-kean/  (La periodista de investigación Leslie Kean toma declaraciones de generales, pilotos y oficiales del gobierno acerca del tema OVNI).

Bauman, Zygmunt (2007). “Tiempos  Líquidos: Vivir en una Época de Incertidumbre”. Barcelona: Tusquets Editores.

Dolan, Richard M. & Zabel, Bryce (2012). “A.D. After Disclosure: When the Government Finally Reveals the Truth about Alien Contact”. Pompton Press: Career Press.

Kean, Leslie (2010). “UFOS: Generals, Pilots, and Government Officials go on the Record.” New York: Harmony Books.

Morton, Timothy (2013). “Hyperobjects: Philosophy and Ecology after the End of the World”. Minneapolis: University of Minnesota Press.

Salla, Michael E. (2004). Exopolitics: Political Implications of the Extraterrestrial Presence. Tempe: Dandelion Books.


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