Porqué los Estados, Instituciones y los Ciudadanos Deben Investigar los
Fenómenos Aéreos Anómalos
Giorgio Piacenza Cabrera
Individuos, instituciones, sociedades y naciones actuales vivimos bajo marcos conceptuales obsoletos que
deben cambiar. El aspecto extraterrestre de los fenómenos aéreos anómalos es un
"hiper objeto" que nos fuerza a reconsiderar quienes somos. Debemos
tomar "cartas sobre este asunto" y relacionarnos más directamente con
lo que significa para reconsiderar lo que es la realidad antes que sea
demasiado tarde para que nos adaptemos más inteligentemente y de forma integral
a la inescapable sociedad planetaria que se avecina. Lo que era considerado
como fantástico, gracioso, ridículo o innecesario debe convertirse en un
"otro" importante; una realidad referente necesaria y con la cual
compararnos para expandir nuestros conceptos.
Oficialmente los estados-nación modernos deben investigar
objetos aéreos anómalos por motivos de seguridad nacional, protección de la
integridad del espacio aéreo, de la ciudadanía y para participar como presencia
internacional. Muchos países ya investigan esto por muchos años. ¿Pero en
general qué investigan? ¿Es que todo tiene una explicación prosaica o quizás
hay aspectos que no se admiten abiertamente porque podrían inducirnos a
cuestionar más profundamente quiénes somos? En una etapa histórica en que
debemos cuestionar los fundamentos de los mundos sociales y económicos que
hemos construido sería conveniente saber qué fenómeno a escala mundial existe
con aparentes características ontológicas anómalas.
Un término más técnico y menos asociado a “fenómeno OVNI”
(que inmediatamente se confunde en el imaginario popular con “nave
extraterrestre) es “fenómenos aéreos anómalos”. Refiriéndonos a los “fenómenos aéreos
anómalos” (FAAs) y más allá de errores de identificación de aviones, globos,
luces de publicidad, de fenómenos meteorológicos (rayos, resplandores),
astronómicos (planetas, estrellas, meteoritos), expectativas sociales que
distorsionan la percepción o que tienden a interpretaciones erróneas; más allá
de las patologías sicológicas, engaños y posibles experimentos sicosociales, sí
existen, repito, SÍ EXISTEN verdaderos casos de objetos aéreos anómalos no solo
moviéndose en zigzag con aceleraciones ‘imposibles’ sino además, a veces, acercándose, interfiriendo e interactuando con
aviones, automóviles y personas.
Hay casos de vuelos convencionales no autorizados (drogas y
espías), ultraligeros, drones, satélites que caen, basura espacial, meteoritos.
Hay que saber distinguir entre estas variedades y actualmente lo que en algunos
casos hasta podrían ser aviones de origen terrestre pero de tecnología secreta
muy avanzada. También por la misma seguridad nacional hay que reconocer (venciendo
al tabú institucional propio de una mentalidad la ya cuestionada mentalidad
moderna-racional-clásica bajo la que las instituciones modernas se
constituyeron) que también existen demasiadas evidencias de anomalías aún más
desconocidas y que parecen desempeñarse y-o interactuar inteligentemente.
Ya el
tema no es ni es ridículo-gracioso o “sin ningún fundamento científico” ni solo
asignable a la fantasía personal, social, fílmica o escrita. Es más, el nivel
de evidencias (físico, documentario y testimonial, incluyendo a agentes de
inteligencia, científicos, militares y pilotos) ya es tal para quien seriamente
investiga esto que no es necesario esperar que los científicos institucionales
reconozcan las anomalías y casi todos en conjunto decidan cambiar sus “paradigmas”.
Tampoco es necesario dejar de interesarnos en lo extraordinario de estos temas
cuando escépticos recalcitrantes/dogmáticos (que religiosamente quieren que la
realidad sea de cierta manera) selectivamente escogen algunos casos,
selectivamente estudian las evidencias, dan explicaciones alternativas (a veces
más increíbles y ridículas) y nos hacen creer que todo se puede explicar
convencionalmente.
Ampliar en el tema: En algunos casos (mínimo un 5%) la
seguridad y presencia internacional pueden estar ligadas a las implicancias
sociales, legales, culturales y de seguridad ciudadana respecto a una compleja
y multifacética presencia extraterrestre que demanda estudios
multidisciplinarios y transdisciplinarios para determinar qué implica. “OVNI”
no es sinónimo de “nave extraterrestre” solo de un objeto aéreo desconocido que
podría ser “anómalo”. Sin embargo, el porcentaje de la fenomenología OVNI que
implica la existencia de objetos inteligentemente fabricados con una tecnología
post convencional (probablemente pre-gravítica, informacional, en control del
momento y la inercia y capaz de distorsionar el espacio-tiempo) requiere
aventurarnos a reconsiderar el concepto de ‘seguridad’ bajo nuevos paradigmas.
¿Si investigamos la gama de posibilidades detrás de los
fenómenos aéreos anómalos, ¿qué podemos hacer distinto y mejor de lo que se ha
hecho hasta ahora en varios países desde los años 40 del Siglo XX? ¿Solo más
estadísticas? (entre los reportes aceptados generalmente luego de un estudio
aproximadamente bien llevado con sinceridad y con parámetros científicos lo más
objetivamente neutros, un 15% a 20-25%+- permanecen como “desconocidos”. Se
clasifica por credibilidad, duración, tipo de evidencias,
multiplicidad-repetitividad, nivel de evidencias (solo radar, radar-visual,
solo testimonio circunstancial, testimonio con fotos, videos, múltiples
testigos, grado de credibilidad del testigo, visualización en radar + efectos
electromagnéticos + fotos y múltiples testigos, etcétera), tipo de explicación
convencional hallada (a veces se fuerza una explicación).
Según COMETA
racionalmente hablando la mejor explicación (aunque contradiga “paradigmas”)
sería que un 5% podría ser sumamente ‘anómalo’, de carácter inteligente,
tecnológico y ET).
Sinceramente, cuando ese % de fenómenos “realmente anómalos”
se verifique (aún más que lo que los especialistas más serios y ciertos
gobiernos ya han podido comprobar) como de procedencia “extraterrestre” o al
menos como de procedencia distinta a nuestra realidad física cotidiana, el
impacto social podría ayudarnos a redefinir las percepciones y construcciones
culturales-sociales de quienes somos. Se nos manifestaría un “otro” más grande;
nos compararíamos con una amplitud que socialmente trasciende nuestro
hogar-vehículo planetario.
La tarea es de todos puesto que los convencionalismos sobre
los que hemos organizado nuestras sociedades se están quedando muy estrechos (nuestros
conceptos, apegos y creencias no “alcanzan”) y ya es necesario pensar y
pensarnos como habitantes de un micro sistema en comparación con otro multiplanetario
mucho mayor. La real presencia ET es un fenómeno planetario que atañe a toda la
especie humana y quien es responsable de representar a la humanidad entera
trasciende los límites del individuo, familia, pueblo, grupo étnico, nación o
estado-nación. Por eso hay evidencias de contactos tanto con representantes de
estados en algunos casos como con individuos y colectivos (como es el caso del
peruano Sixto Paz y el colectivo definido como “Rahma”). Todos nosotros en
todos los niveles organizativos y subdivisiones - si es que logramos pensar
planetariamente, identificarnos éticamente a nivel planetario por el bien común
– podemos comenzar a representar y diferentes segmentos de la sociedad pueden
asumir y digerir diferentes aspectos de la nueva información, por ejemplo, unos
de manera más emotiva y sentimental y otros de manera más racional-conceptual.
Sin embargo, no debemos asumir que todos los seres ET que
decidan abrir comunicaciones con nosotros más abiertamente tengan las mismas
comprensiones (excepto quizás las básicas por las que se ponen más o menos de
acuerdo entre sí para cooperar o para no interferirse mutuamente), las mismas
tendencias naturales, los mismos propósitos o que nos consideren como aptos para
entenderlos por igual. Aunque por regla general los diversos seres se han
comportado elusivamente, en la investigación ovnilógica (donde se han acumulado
datos que se puede organizar en patrones de comportamiento) obviamente se sugiere
que existe una gran variedad de entidades interactuando en diversos grados con
nosotros y hasta –síquicamente y a veces físicamente- entre nosotros.
¿Cuáles son amistosos o podrían estimular el tipo de evolución benéfico que más
nos conviene? Además la investigación sugiere que al menos una gran parte de
ellos (entre los que podrían existir alianzas y conflictos) no son “visitantes
advenedizos” sino que podrían haber compartido en bases subterráneas nuestro
planeta por muchos siglos y quizás miles o millones de años (antes de la
aparición del hombre moderno). ¿Cuáles
son nuestros derechos ante esto? ¿Cuáles son sus derechos? ¿Cómo debe
evolucionar el concepto de “derecho”?
Por todas estas razones (y porque si no nos reconocemos como
una especie planetaria que respeta a su ambiente podríamos ser reemplazados o
controlados) nos atañe urgentemente SABER lo qué está pasando. ¿Quiénes
intervinieron en el pasado? ¿Influyeron en nuestros genes? ¿Si fuera así
¿quiénes, cómo y cuáles son sus expectativas actuales respecto a nosotros? ¿Con
cuales más nos conviene relacionarnos abiertamente no solo por motivos de
desarrollo cultural sino por motivos de seguridad? Si siguiéramos por el mismo
camino destructivo pre-integral y pre-ecológico, terminaríamos con atrofias y
defectos como algunos de ‘ellos’ parecen tener o acabaríamos siendo absorbidos
por un subgrupo en particular?
¿Los hay “intrusos” “observadores” “guardianes” y
“ayudantes” como el profesor de política internacional y paz mundial Michael
Salla, PhD y consejeros del Exopolitics Institute (Instituto de Exopolítica)
han evaluado en base a los comportamientos que exhiben (y en base a testimonios
de “whistleblowers” (informantes) retirados y activos que trabajaron en
proyectos secretos para los gobiernos, documentos analizados que han escapado del control
institucional, documentos desclasificados, testimonios recopilado
comparativamente luego de décadas de una gran variedad de contactados y
abducidos, la existencia de acciones físicas y evidencias físicas de varios
tipos, etcétera)?
El camino a seguir es el mejor posible…el de la Verdad, el
de creer en la gente y su potencial adaptativo y de construcción social de sus
realidades. Creo que sin un conocimiento común del factor extraterrestre
nuestros marcos de referencias (necesarios para la construcción de identidades
individuales y sociales) serán insuficientes para adaptarnos a la era
planetaria, a la influencia declarada del “antropoceno”.
Además el cambio no necesariamente tiene que ser ultra
rápido sino gradual, digerible. Ya se han liberado miles de archivos clasificados
del fenómeno OVNI en Brasil e Inglaterra y no ha habido ni un pánico ni un
cambio rápido. En este periodo de modernidad liquida que menciona el sociólogo
Sygmunt Bauman la gente es más adaptativa puesto que la solidez de las
instituciones es menor. Sin embargo creo que es urgente que la gente sepa el
grueso de la verdad sobre esta presencia extraterrestre antes que las
instituciones lleguen a ser mucho más irrelevantes y pasen a ser una simple
necesidad para mantener el orden necesario para vivir en conjunto. Igualmente
si la gente supiera el grueso de lo que se ha ocultado sobre la presencia ET no
creo que habría un pánico. También sabrían que estamos protegidos y que las
variedades de seres que se acercan para interactuar con nosotros depende de qué
escogemos hacer como humanidad en distintas escalas sociales. En general, la
gente saldría a trabajar como de costumbre y, según información recibida por
amigos contactados que considero creíbles (y que me parece razonable),
tendríamos unos 300 a 400 años para completamente integrarnos a la comunidad
cósmica con madurez suficiente.
Más especulativamente, quizás con una gran apertura de
conocimientos respecto a la historia completa de quienes somos se activen
memorias colectivas y –junto con una más amplia construcción social de nuestras
culturas y sus premisas epistemológicas – logremos epigenéticamente activar
elementos genéticos que inciden en nuestras biosíquicas predisposiciones, en lo
que sueltamente (casi siempre de manera negativa) llamamos “naturaleza humana”,
predisposiciones actualmente anacrónicamente limitadas a manifestar
adaptaciones sociobiológicas probablemente más aptas para sobrevivir de forma
demasiado atomística dentro de un mundo físico material clásico.
Como Timothy Morton anuncia, quizás necesitamos exponernos a
“hiper objetos” u objetos que escapan de nuestras expectativas propias a
adaptaciones espacio-temporales locales. Objetos (como los OVNIS que aparecen a
nivel planetario sugiriendo otras reglas físicas y formas de ser) también son
“hiper objetos”. Los necesitamos para abrirnos a creer que es posible modificar
nuestras creencias, premisas y conducta destructiva y anacrónica sobre este
planeta. Los necesitamos no necesariamente para anular lo verdaderamente
conocido y descubierto sino para AMPLIAR lo que ya sabemos.
La política internacional fue alimentada por las teorías “realista”
y “liberal” que enfatizan el actuar por beneficios e intereses por separado sin
una visión global de conjunto. Por otro lado tenemos la teoría del Sistema
Global que enfatiza el control del sistema (bajo una hegemonía cultural) por
sobre las naciones individuales. Más recientemente tenemos la teoría
construccionista que demuestra que nuestras categorías esenciales sobre la
realidad internacional son construcciones sociales que pueden cambiar. Sin
embargo, no sugiere qué construir para dejar de vernos como enemigos y-o
competidores globales.
Para empezar a modificar nuestras construcciones sociales
hacia la elaboración de una sociedad planetaria más sinérgica debemos ponernos
en contactos con realidades que ya funcionan con fundamentos más
interconectadas. Debemos ponernos en contacto con sociedades que utilizan de
manera práctica la no-localidad física y síquica para transportarse colapsando
espacio-tiempo según sus necesidades pero dentro de patrones transdimensionales
más armónicos. Debe incrementar la
información sobre estos otros potenciales referentes antes que sea demasiado tarde para que el
“despertar” rinda sus mejores frutos a largo plazo.
Habría que incrementar la información general cuanto antes
puesto que habría una “ventana de oportunidad” que puede pasar y esto requerirá
una mayor apertura de subgrupos que en base al nacionalismo, al interés de
subgrupos y a seguir construyendo sus entendimientos de la Vida basados en el
temor) cuentan con grandes recursos, amplia libertad de acción que no pasa por
los medios de control democráticos y que - hasta cierto punto - controlan qué y
cómo informar o no a la población…una vez más aun basándose en la necesidad de
defender una forma de ser a costa de una visión más inclusiva, en algunos casos
por la búsqueda incesante de crecimiento y poderío tecnológico armamentista o
por el temor; diferenciaciones exclusivistas propios de un pensamiento pre-
integrador y pre-planetario; un pensamiento que –a mi modo de ver – nos predispone
y relaciona más con influencias inteligentes extraterrestres más problemáticas
y que probablemente siguieron trayectorias similares.
Incrementar la información disponible a la población antes
que sea demasiado tarde; antes que sea indistinto para una humanidad (quizás ‘caotizada’
y bajo yugos dictatoriales hipermodernos, en medio de grandes crisis de viabilidad)
requerirá interesarse y verificar personalmente y vicariamente que el contacto
existe, es profundo y aunque relativamente sutil, generalizado. Y habría que
hacerlo a nivel individual, de grupos, de instituciones académicas, gubernamentales
y hasta religiosas e internacionales que aún tienen cierta credibilidad.
También requerirá verificar que además en medio de esta situación contamos con
muchos ‘amigos’ que aún creen en nuestras posibilidades internas, manteniendo
un equilibrio de poder menos
intervencionista mientras esperan que nos preparemos para el diálogo la valoración
y construcción social-cultural mutua.
Hay evidencia que los niveles de contacto comunicativos con
esta variedad de seres sí puede incrementarse y que está gradualmente
sucediendo, dándose así una oportunidad parecida a lo que sucedió en los años 50 y
60 en los Estados Unidos (pero que aparentemente fue suprimido). para la transición hacia una sociedad mundial que equilibre la espiritualidad, la libertad y la unión, respetando la creación, necesitamos interesarnos en entender qué está pasando y en fortalecer estos
contactos de la variedad que podemos no solo considerar “diplomáticos” sino
FRATERNALES.
Bibliografía
http://www.disclosureproject.org/ (Múltiples testigos de alto nivel, muchos de
los cuales trabajaron para el gobierno y atestiguaron OVNIS y eventos
relacionados).
http://ufosontherecord.com/leslie-kean/ (La periodista de investigación Leslie Kean
toma declaraciones de generales, pilotos y oficiales del gobierno acerca del tema
OVNI).
Bauman, Zygmunt (2007). “Tiempos Líquidos: Vivir en una Época de Incertidumbre”.
Barcelona: Tusquets Editores.
Dolan, Richard
M. & Zabel, Bryce (2012). “A.D. After Disclosure: When the Government
Finally Reveals the Truth about Alien Contact”. Pompton Press: Career Press.
Kean, Leslie
(2010). “UFOS: Generals, Pilots, and Government Officials go on the Record.” New
York: Harmony Books.
Morton, Timothy
(2013). “Hyperobjects: Philosophy and Ecology after the End of the World”.
Minneapolis: University of Minnesota Press.
Salla, Michael E. (2004). Exopolitics: Political
Implications of the Extraterrestrial Presence. Tempe: Dandelion Books.
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