Aceptar la Hipótesis Extraterrestre como una premisa de trabajo sobre una
realidad que en muchos casos reportados podría ser concretamente real es
absolutamente necesario para empezar a realizar una evaluación exopolítica
amplia de nuestra situación actual. La hipótesis extraterrestre
(particularmente de una inteligencia extraterrestre) es la hipótesis de partida
de la “exopolítica”, sea que se considere como una realidad distante en algún
lugar del universo o ya aquí y desde siempre entre nosotros. Este campo aún
incipiente de la exopolítica podría definirse como “un estudio interdisciplinario principalmente basado en las ciencias
sociales y que se enfoca en la investigación, educación y políticas públicas
respecto a los actores, instituciones y procesos asociados a la vida
extraterrestre así como a las implicancias que esta conlleva”.
¿Pero es esto legítimo y
“respetable”? ¿Debemos esperar a que un número suficiente de científicos y
políticos concuerde? ¿Podemos realmente ser independientes en nuestras
apreciaciones? La Asociación Astronómica y Aeronáutica de Francia también
estudia fenómenos aeroespaciales no identificados y en mayo del 2010 publicó un
estudio que decía: Sentimos que debemos rechazar la tesis del ORIGEN TERRESTRE
(mi énfasis) de todas las observaciones hechas desde la Segunda Guerra Mundial.
Quizás la tradición de cuestionamiento filosófico posmoderno incluyendo el cuestionamiento
de las bases de la modernidad que surgió en Francia les permite inclusive
cuestionar los rezagos de una atrincherada actitud de imposibilidad basados en
la física clásica. Dentro de las instituciones se han atrevido a ver las
evidencias y tratar el tema con menos tapujos. Es más “cool” ser disidente en Francia.
Cabe observar que solo desde el
punto de vista racional y no del de la sociología del conocimiento y-o descubrimiento
científico, dada la cantidad y calidad acumulada de evidencias cuantitativas y
cualitativas (que hasta en ocasiones se refuerzan mutuamente) estadísticamente
habría que asumir la Hipótesis Extraterrestre como necesaria para evitar caer
en un “Error de Segundo Grado” de estadística inferencial o interpretación de
los datos. Habría que evitar asumir la Hipótesis Nula y un Falso Negativo
irracionalmente cuando la base de datos indica lo opuesto.
Mientras que el Dr. Michael E. Salla (que fue profesor
de política internacional y estudios de resolución de conflictos y la paz en la
American University) se enfoca en las implicancias de la presencia
extraterrestre de forma un tanto más analítica, el abogado Dr. Alfred Webre (quien acuñó y difundió el término “exopolítica”)
la describe como “el estudio de la gobernancia y procesos políticos en la
sociedad inter estelar”. Podría decirse que la versión de Salla es más
académica y que la versión de Webre es más intersubjetiva y exploratoria y se
basa más en la aceptación de testimonios que él halla creíbles.
Por otro lado a la exopolítica
también se le puede considerar como una disciplina científica social, un
movimiento internacional para que se estudie y revele oficialmente la situación
de una presencia extraterrestre. También en parte se inspira en los nuevos
paradigmas científicos que están surgiendo (holografía cuántica,
retrocausalidad, unificación cuántico-relativista, ciencias de la complejidad y
auto organización, etcétera) y en el rol que la consciencia tiene en la
interacción con el Cosmos, tecnologías más avanzadas y la misma presencia
extraterrestre.
Lo más extraordinario del
fenómeno OVNI nos lleva a ampliar horizontes mentales; a buscar pautas comunes
a sus aspectos cuantitativos y cualitativos; a hallar simples patrones comunes
capaces de coordinar una mayor complejidad. Todo apunta no solo a la “interdisciplinariedad”
para superar el fraccionamiento del conocimiento en distintos campos sino al
gradual descubrimiento de principios comunes que nos ayuden a integrar de forma
“transdisciplinaria” esos campos. Los extraterrestres pensarían, sentirían y
obrarían transdisciplinariamente integralmente incluyendo lógicas ligadas a los
universos físicos, mentales-sutiles y causales-de principios pero explicaré un
poco más de esto posteriormente.
Hay suficientes evidencias para
tomar el tema en serio y para empezar a entenderlo menos conflictiva y
dicotómicamente sin esperar que una mayoría ortodoxa de científicos y políticos
lo haga antes que nosotros.
La “Hipótesis Extraterrestre” se
basa en considerar la posibilidad racional que - dadas las evidencias
empíricas, testimoniales, documentarias que existen – por lo menos ALGUNOS
OVNIS reportados podrían ser de origen inteligente y extraterrestre o de otra
realidad distinta a la nuestra y tecnológicamente y teóricamente más avanzados.
Para aceptar esta POSIBILIDAD no bastan las evidencias dadas hasta ahora; se
requiere una mayor humildad para
aceptar que las explicaciones que hemos aceptado en nuestra interpretación del
mundo podrían estar incompletas. Dados
los fenómenos de interacción y los testimonios de millones de personas
deberíamos reconocer que no necesariamente la velocidad de la luz es el límite
ni el espacio tridimensional el único medio para transportarse a través del
mismo. Debemos agachar la cabeza ante la arrogancia de creer que ya nos
habríamos dado cuenta de la verdad o que nuestra ciencia actual ya definió el
límite de lo posible y quizás con el tiempo también nosotros podamos generar
fenómenos de teleportación/tunelaje cuánticos a escala macro.
Si aceptáramos que solo uno de
los miles de casos que se reportan anualmente (y los reportes van rápidamente
en aumento) fuese de tecnología o realidad extraterrestre cambiaría la
historia. ¿Por qué tantos líderes políticos, científicos y ciudadanos ni
siquiera admiten una posibilidad racional dadas las evidencias? ¿No se
investiga porque subconscientemente se teme a las implicancias? ¿Porque estamos
bio-sicológicamente programados solo para percibir una realidad material estable-concreta
donde el espacio tiempo, la inercia y la entropía no se distorsionan? No se
aborda el tema porque parece un cuento de hadas, un realismo fantástico en una
era “racional-científica”?
A veces estos OVNIS más anómalos
(que no tienen una sana explicación prosaica) no solo están tan lejos como un
satélite artificial o el planeta Venus sino que se acercan, producen efectos
electromagnéticos, se “dejan” filmar, aterrizan y dejan huellas que modifican
el terreno, están asociados a relatos (con y sin evidencia colectiva) de
contactos pacíficos (por lo general más desdeñados como fantasiosos) y
contactos “preocupantes” (diferentes abducciones). ¿Por qué tan fácilmente se
desvirtúa la presencia OVNI ante la prensa y la población (como sucedió con el
interés por los agrogramas de Inglaterra) luego que se dan unas explicaciones
prosaicas aunque a veces al indagar a profundidad estas sean aún más
incompletas, incapaces de explicar bien todo y un tanto más falsas y
tendenciosas? ¿Acaso se trata de un temor atávico a lo desconocido?
¿Por qué se prefieren ignorar las
conclusiones del Proyecto SIGN (el primer proyecto oficial de investigación de
la Fuerza Aérea estadounidense y antecesor del Proyecto Libro Azul) que reportó
a favor de la “Hipótesis Interplanetaria”? ¿Por qué la gente no está bien
informada de las cartas del General
Nathan Twinning y las declaraciones del Almirante Lord Hill Norton, ex jefe supremo de la OTAN o del
testimonio de contacto extraterrestre del Mariscal del Aire británico Sir Peter Horseley respecto a que (al
menos una fracción del fenómeno) es real, físico, inteligente, tecnológico y no
solo visionario? ¿Por qué no se implementó la resolución GA 33/426 de la ONU para coordinar un estudio y centro de
información en ese organismo internacional?
¿Por qué las más recientes declaraciones del ex Ministro de Defensa de
Canadá Paul Hellyer pasan casi
desapercibidas? ¿Es que nos cuesta despertar del sueño que esta realidad
material y nuestra adaptación a ella es todo lo que importa? ¿Por qué, si en las naciones modernas
oficialmente aceptamos el “método científico” empírico-deductivo, casi nunca se
investiga institucionalmente una hipótesis con tantas evidencias y anomalías
que la ciencia convencional no puede explicar?
Quizás Thomas Kuhn tenía razón: a pesar del idealismo en la ciencia en
cuanto a buscar la verdad o las mejores explicaciones y teorías basándose en
evidencias empíricas, los científicos que estructuran sus vidas
institucionalmente por lo general evaden aquellas evidencias que no concuerdan
con sus teorías existentes. También son sometidos a procesos
disciplinarios y de control social por sus colegas si se salen de línea.
¿Será (como sugiere el teórico
constructivista Alexander Wendt en
su ensayo “Sovereignty and the UFO”) que básicamente hay un temor inconsciente en
los “soberanos” líderes políticos, un temor opuesto a negar la premisa
antropocéntrica sobe la que se basan los estados modernos y la modernidad, teniendo
que admitir que además del ser humano podrían haber otros seres inteligentes
que también merecen ser “soberanos”? ¿Será - como postula Wendt - que por eso el tema OVNI debe convertirse en TABÚ (un objeto que a pesar de las evidencias no es
reconocido o es socialmente inexistente)? Creo que, efectivamente, el tema OVNI
respecto a una posible presencia extraterrestre se convierte en TABÚ a partir
de la incapacidad de decidir del “soberano” (líder o líderes) pero no porque se
cuestione la primacía antropocéntrica sino porque no puede reconocer sus
errores de juicio respecto a lo que es “real”, especialmente ante un tema de
tanta importancia. Por lo tanto se
prefiere ignorar lo que está pasando.
Desde el punto de vista del
funcionalismo, propongo que, cuando los soberanos (y los líderes culturales
asociados al mismo) evaden el tema indicando (a la gente que aspira a estatus social
y legitimidad) que este es un tabú, se generan procesos micro sociales de
supresión y control social ideológica dentro de las instituciones oficiales
asociadas a la legitimidad del estado. Quienes desean adquirir y mantener
legitimidad y estatus en esas instituciones no pueden salirse de la línea
epistemológica-ideológica explícita o implícita. A falta de una definición y
liderazgo proporcionada por el “soberano” o líder (y líderes) respecto al tema,
las personas generando los procesos micro sociales mantienen la estabilidad funcional
de lo conocido, incluyendo las ideas que también se han estructurado y
convertido en instituciones.
Sin permiso del “soberano” que
aún no ha podido decidir (lo que Giorgio
Agamben probablemente llamaría un “estado de excepción”) en favor o en
contra de la validez formal de la Hipótesis Extraterrestre y, además, expuestos
a una sociedad que –influidos por planteamientos posmodernos – cuestiona las
premisas que legitimaban a las comunidades científicas profesionales, los
científicos que dependen de esas instituciones tienden a generar relaciones
micro sociológicas que refuerzan la estabilidad del orden ya conocido,
generalmente (hasta hoy) desdeñando y suprimiendo con sus críticas a la
investigación OVNI y la aún más increíble Hipótesis Extraterrestre. Se generan fundamentalismos
ideológicos al sentirse en una situación más precaria.
Desde una perspectiva
funcionalista, en una era hiper compleja, post industrial-informática, intensamente
basada en la razón instrumental y el intercambio de bienes y servicios, gran parte
de la cohesión y el orden social macro social se mantiene (cada día más
precariamente) en base a lo que Emile Durkheim
llamó “solidaridad orgánica”, basada en
relaciones estipuladas por normas generales y abstractas. Estas normas basadas
en premisas deductivas, dicotómicas, lineales podrían estar perdiendo su
funcionalidad sistémica dado al alto nivel de interconexión ahora existente en
los sistemas más sensible y de escala planetaria creados por el hombre. Por
otra parte, los científicos generalmente operan dentro de instituciones más
pequeñas que operan dentro de una “solidaridad mecánica”, donde las
expectativas y normas de la relación interpersonal son más directas para el
individuo.
Según el sociólogo Peter L. Berger
(autor de “The Social Construction
of Reality”), las identidades
construidas en relaciones cercanas son la base de los intereses de los actores
sociales y los individuos se aferran a ellas mientras el ROL que mantienen en
esas relaciones lo requiera. ¿Entonces se tratará de mantener roles para tratar
de sobrevivir dentro de grupos tratando de maximizar un estatus?
Si las instituciones científicas
otorgan legitimidad racional y credibilidad a algunos proyectos nacionales,
estas operan bajo una relación co-dependiente con el estado. Se espera de ellas
que mantengan una línea estructurada, conocida y coherente. Como el estado moderno es parcialmente
legitimado por las instituciones científicas que contribuyen conocimientos
estables en base a los cuales supuestamente se toman decisiones racionales,
existe una presión implícita de mantener el estatus quo respecto al tabú OVNI. Esto
concuerda con que las normas de las instituciones científicas (establecidas en
los siglos XVII, XVIII y XIX) para legitimar la admisión personal a un grupo
exclusivo de “profesionales científicos” remunerados por sus servicios fueron
dominadas por el realismo materialista reduccionista y un materialismo
mecanicista sobre todo a partir de la confluencia de los trabajos de Bacon, Newton y Descartes y –debido a
la Ilustración – como una oposición al dogmatismo religioso que explicaba al
mundo natural en base a la teología. La influencia de la lógica deductiva
aristotélica y de la limitación de sus cuatro causas a la “causa eficiente”
también forman parte de los parámetros epistemológicos científicos convencionales que –a pesar de
las evidencias aportadas por la contra intuitiva mecánica cuántica - se resisten a cambiar. La cohesión de estas
instituciones científicas así estructuradas son hasta el día de hoy (aunque cada
vez menos efectivamente) defendidas de manera fundamentalista.
¿Qué otros factores inciden en la
resistencia a considerar la enorme acumulación de evidencias OVNI a través de
los años? ¿Cómo es que los fundamentalismos ideológicos se mantienen y refuerzan?
Hay características humanas que
probablemente nos sirvieron como especie a lo largo de nuestra evolución. Por
ejemplo es más fácil ser escéptico con los grupos que nos son desconocidos que
con el grupo referencial con el que vitalmente interactuamos y conocemos más.
Además, los estudios sobre “conformidad” realizados por Solomon Asch, Muzafer Sheriff
y Gregory Berns nos muestran que, bajo la presión social de una mayoría en
un grupo, los individuos tienden a conformarse con evaluaciones erradas. En
algunos casos, aunque privadamente piensen que los demás están errados, se
elige la conformidad. En otros casos se rechaza el juicio individual pensando
que la mayoría debería estar en lo correcto y, finalmente, inclusive a veces se
distorsionan las percepciones empíricas proporcionadas por los sentidos y el
cerebro para inconscientemente acomodarse a lo que la mayoría dice.
Todo esto refuerza (inclusive desde
el punto de vista sociobiológico) la propuesta del filósofo de la ciencia Thomas Kuhn respecto a la resistencia
al cambio de “paradigmas” (explicaciones, modelos, métodos, ejemplos), al menos
hasta que se acumulen tantas “anomalías” que ya no puedan ser rechazadas. Sin embargo hay que tomar en cuenta que en
los estudios sobre la “conformidad” siempre hubieron personas que no se
limitaron a las percepciones erradas de sus compañeros y asimismo siempre ha
habido voces disidentes en la comunidad científica, inclusive en relación al
fenómeno OVNI (por ejemplo el profesor emérito de física aplicada Peter A. Sturrock y el físico
atmosférico James Mc Donald). ¿Qué
marca la diferencia? ¿Una formación personal en la cual la verdad y la
objetividad son un valor supremo?
Por lo general el rechazo a
investigar OVNIS y a trabajar con la Hipótesis Extraterrestre en relación a
algunos de estos eventos-objetos es realmente irracional y un asunto político,
sicológico y sociológico tanto en la comunidad científica como en los
estamentos de muchos gobiernos. Pero entre las razones ya mencionadas, ¿serán
también las personas con baja tolerancia a la ambigüedad las que fungen de
escépticos militantes, de policías y soldados del viejo régimen contra la adopción de nuevas ideas y verdades
aun poco claras que cuestionan la legitimidad del orden conocido? Mientras que
los escépticos saludables dudan pero están dispuestos a que se les demuestre lo
contrario, los escépticos militantes entran en la negación sicológica y
selectivamente eliminan, desacreditan, causan dudas y suprimen evidencias que
los contradiga. Sienten la misión de restaurar la estabilidad ideológica. Quizás
cognitivamente hablando algunos de ellos sean incapaces de pensar con lógicas
que no sean mutuamente exclusivas.
El estudio exopolítico requiere
una apertura al pensamiento vinculante o conectivo que el gran filósofo público
Edgar Morin estima como absolutamente
necesario para sobrevivir ante los problemas de escala planetaria que están
surgiendo. “Complexus” también significa “entramado” en Latino. En fin, los
nuevos paradigmas asociados a las ciencias de la complejidad y al pensamiento
integrador post posmoderno serían “inconmensurables” (en un sentido relacionado
a Thomas Kuhn y a Paul Feyerabend) con los paradigmas
derivados del materialismo científico reduccionista o del realismo materialista
y de la lógica aristotélica clásica. Por eso se requeriría adquirir, fomentar o
“florecer” una consciencia vinculante en la cual se percibe que los opuestos se
necesitan mutuamente. Es más, según el filósofo y sicólogo teórico Ken Wilber, lo que él llama el
“pensamiento integral” es una forma de pensar y de ser (de estar en el mundo) que
no solo es ética sino perfectamente posible dentro de las potencialidades
humanas. En pocas palabras se podrían incluir y superar dentro de un orden
cognitivo y ético superior a nuestras tendencias sociobiológicamente
adquiridas.
La realidad de una posible
evolución representada (pero no únicamente) por etapas cada vez más inclusivas
estaría refrendada por los sicólogos del desarrollo humano
Robert Kegan, Clare Graves, Abraham Maslow, James Clerk Baldwin, Carol Gilligan, Susanne Cook-Greuter, James W.
Fowler (enfatizando distintos tipos de inteligencias humanas) y por
pensadores como
Jean Gebser,
místicos como
Sri Aurobindo y
sociólogos como
Pitirim Sorokin.
También estaría representada por teólogos como
Teillard de Chardin y
Thomas
Berry y una capacidad de re-organización en sistemas abiertos por biólogos
como
Francisco Maturana o por
químicos como
Ilya Prigogine. Fomentar
tal desarrollo
sería necesario para
sobrevivir en el mundo actual y para entender los retos adaptativos que nos
presenta la presencia extraterrestre y, para esto, el concepto de SINTROPÍA
desarrollado por
Ulisse di Corpo y
los métodos de auto organización social desarrollados por
Carlos A. Guarnizo Olivera file:///C:/Users/Giorgio/Downloads/modelando_el_genoma_social.pdf
son perfectamente compatibles. Si estos estudiosos de “la integración” y de la
trascendencia al pensamiento materialista lineal, reduccionista y dicotómico (en
exceso desvinculante, separatista) no han abordado el tema OVNI extraterrestre
quizás sea porque también existe una inteligencia humana que reconoce la
importancia de un vínculo natural con otras realidades y que en ellos (a pesar
de sus aportes) no estaría muy activa, mientras que sí podría estarlo en
algunos “contactados” y curanderos de los pueblos originales o ancestrales.
Se podría también decir que,
hasta que la cultura y la “construcción social de la realidad” no reconozcan
oficialmente y estimulen educativamente esta forma post dicotómica de ser y
pensar que (como los procesos cuánticos y los OVNIS más anómalos que sugieren
una inteligencia distinta a la nuestra) trascienden el entender la Vida como
sujeta al espacio como separación y al tiempo como duración lineal, diversos grupos
de poder económico, militar y político podrían converger e incidir en la
situación controlando partes de la información sobre la presencia ET. Dada la
situación de ignorancia actual algunas de las explicaciones ofrecidas bajo las
teorías de conflicto (y no solo las funcionalistas y construccionistas) también
tendrían cierta validez.
Cuando un grupo pequeño tiene
demasiado poder y no es controlado sus propias normas se vuelven intensamente
vinculantes. No solo al tener el poder y evitar ser fiscalizados formarían una
serie de sociedades cerradas y un consorcio sino que sentirían que tienen el
derecho de actuar en su propio beneficio relativo. Como Dwight Eisenhower previno en su último discurso como presidente, el
poder del complejo militar industrial era excesivo y ponía en peligro los
procesos democráticos. Aun así si es que hubieran grupos de tal naturaleza
controlando parte de lo que se sabe acerca de la presencia extraterrestre, en
algunos casos, concebiblemente, personas ligadas a ese “consorcio” podrían
tratar de proteger paternalistamente la continuidad y el funcionamiento de la
sociedad manteniéndola inocentemente al margen de lo que sucede, amén de
proteger los secretos tecnológicos para que no caigan en manos extremistas o de
otras sociedades lideradas por personas con formas de ser pre integrales.
En otros casos al sentirse
eximidos de las leyes democráticas los miembros de ese grupo de control o “consorcio”
podrían optar por priorizar no solo sus intereses económicos sino también sus
visiones grupales, nacionalistas y hasta escatológicas. Todo eso podría suceder
en grupos con demasiado poder si no rinden adecuadas cuentas a nadie y (como lo
sugiere Richard Dolan, autor de
“UFOs and the National Security State”) si tuvieran tecnologías demasiado
avanzadas podría inclusive generarse una sociedad alternativa que se escapase
de la línea de desarrollo histórico de la humanidad convencional.
Las distintas aplicaciones y
variedades que parten de la Teoría de Conflicto (aplicables a las clases o
grupos que controlan la producción, la economía, la información, los valores,
las premisas epistemológicas, el poder militar, el gran capital, la propaganda
y la cultura) se aplicarían bajo formas de “ser” (de pensar, de sentir y
actuar) menos vinculantes en el sentido dado por Morin y Wilber, esto es, separadamente y compitiendo entre sí como ideologías
pre-integrales. Faltaría contar con una actitud integrativa mucho más
desarrollada.
Para entender mejor de forma
intelectual y no solo de forma mítica y sentimental-emocional a los
extraterrestres transdimensionales habría que empezar a pensar de forma
integral. ¿Es esto muy difícil? ¿Fuera de la capacidad humana? No lo creo. Creo
que ya hay evidencia seria de contactos profundos y amistosos con algunas
especies extraterrestres pero en general esto ocurriría más a nivel de afectos
y de valores compartidos que de un intercambio intelectual. Sin embargo, creo que
también podemos desarrollarnos hacia un entendimiento intelectual más destacado
porque ya filósofos como Ken Wilber, Edgar Morin y otros, así como científicos de
la complejidad, de física cuántica, de fenómenos parapsicológicos (como Dean Radin), de holografía cuántica
(como el astronauta Edgar Mitchell) de
estudios sobre la posible física de las naves extraterrestres (como Stoyan Sarg, Thomas Valone, Paul A. LaViolette,
Thomas Bearden, William Tiller y
Robert L. Schroeder, autor de “Solving the UFO Enigma” ya estarían contribuyendo
a soluciones. Según Wilber cuando un 10% de la población llega a la siguiente
etapa de desarrollo personal y cultural las leyes y estructuras de la sociedad
rápidamente cambian adoptando las creaciones de esos líderes culturales.
Con la expansión de la capacidad
de incorporar perspectivas, de incorporar más formas de
incluir/entender/interpretar/revelar la “realidad” bajo pautas comunes (en los definidos
pero inextricables ámbitos materiales, culturales, subjetivos y sistémicos)
podríamos entender que otros seres son dignos de soberanía sobre sus vidas y
áreas de acción naturales. Comprenderíamos que a los extraterrestres no podemos
limitarlos a nuestros conceptos modernos de soberanía territorial,
especialmente si han estado ocupando bases subterráneas e interactuando sutil o
directamente con nosotros desde tiempos inmemoriales. Habría que extender la
categoría de “humano” a seres similares y distintos de nosotros pero
compartiendo una profunda capacidad de auto reflexión y de entender.
Las principales teorías
sociológicas (como las de conflicto, funcionalistas, simbólico
interaccionistas, constructivistas y del
Actor-Red) se integrarían como expresiones de los ámbitos materiales,
culturales, subjetivos y sistémicos que básicamente la Teoría Integral de Wilber, el Pensamiento Complejo de Morin y el Realismo Ontológico de Roy Bhaskar coinciden en reconocer como
comunes a toda experiencia y expresión bajo el nuevo pensamiento posmoderno integrativo
y transdisciplinario que están forjando. Asimismo las distinciones entre los
métodos, descubrimientos, experiencias y realidades cualitativas y
cuantitativas se podrían armonizar bajo esos factores comunes y campos de
investigación y praxis como la ovnilogía y la exopolítica responderían
reuniendo aspectos que por prejuicios y preferencias personales se mantenían
intelectualmente separadas.
Según el sociólogo francés Bruno Latour, co-creador de la “Teoría
del Actor-Red”, los objetos también son “actores” o “actantes” (agentes
sociales) e importantes en la creación de significados y las relaciones
sociales. De ser así, habría que incluir entre los objetos que más nos fuerzan
a buscar interpretaciones no convencionales y que pueden participar en la
modificación de la sociedad (al participar en la red de relaciones que la
genera) a los objetos altamente anómalos como los OVNIS que pueden ser de
origen extraterrestre y hasta operar bajo parámetros físicos distintos o aparentemente
“inter dimensionales” capaces de alterar los efectos de gravedad, inercia,
espacio, tiempo y percepción).
Tomando en consideración el
pensamiento del filósofo Timothy Morton,
creo que los OVNIS podrían considerarse como “Hiper Objetos” pues se
manifiestan a escala global, masivamente distribuidos en el espacio y el tiempo
por lo que trascienden una ubicación y su presencia nos obligan a re-pensar
promoviendo un cambio porque superan nuestras formas tradicionales de entender
la realidad. Entonces, retornando a Bruno
Latour, podríamos también considerar a estos OVNIS como “Hiper Actores” en
nuestra realidad social, un aspecto subjetivo dado a objetos que además de sus
tripulantes - según algunos contactados e investigadores - parecen también estar
dotados de alguna forma de inteligencia o consciencia. Los OVNIS como “hiper
objetos” se relacionarías intersubjetivamente con nosotros representando
sistemas físicos, sociales, energéticos organizados en relación a una lógica
sutil-mental superior que trasciende e incluye a nuestra realidad física
convencional constituyéndose en un referente de presencia enigmática pero constante
obligándonos a superar en conjunto el rechazo a la Hipótesis Extraterrestre.
Para pasar de una sociología
fraccionada (relacionada no solo al rechazo de la presencia extraterrestre sino
con el materialismo realista, acoplado a una lógica de polaridades irreconciliables
y a una visión reducida a la percepción material convencional) a una sociología
que pueda servir para integrar los principales aspectos de esta presencia
sugiero empezar por hallar pautas de integración en los aspectos subjetivos,
intersubjetivos, objetivos y sistémicos. La construcción de la auto identidad entendida
a través del “Interaccionismo Simbólico” de Talcott Parsons y los roles habla de procesos subjetivos e
intersubjetivos. En variaciones de la “Teoría de Conflicto” se explica el
conflicto entre la ciudadanía y su
necesidad de saber y quienes ostentan el poder respecto al encubrimiento de la
presencia extraterrestre. Las teorías de conflicto como las teorías
estructuralistas se refieren al aspecto sistémico o inter objetivo. La Teoría del Actor-Red sobre objetos como
actantes o actores se refiere al aspecto objetivo pero también subjetivo.
Aunque en general la sociología se
refiere al aspecto sistémico (por ejemplo con el concepto de “estructuras”
relacionándose para mantener un equilibrio dinámico), dentro de la misma se
puede sub-definir esas diferentes teorías sistémicas relacionándose más con los
aspectos subjetivos, objetivos, intersubjetivos e inter objetivos presentes en
la Teoría Integral: Actor-Red con ‘sujetos’ y ‘objetos’; el simbolismo
interaccionista con representaciones interiorizadas en el individuo y su
sicología; las teorías construccionistas con la intersubjetividad en la
definición grupal de lo cultural, las normas, lo sobre entendido y lo
explícito.
La tendencia en todas las
disciplinas y en la sociología ha sido la de suscribirse a una teoría en particular
excluyendo otras bajo un pensamiento categórico o que claramente define sin
entender que otras teorías pueden representar otros aspectos fundamentales
inextricables. Los extraterrestres proporcionan un rol de contexto exterior a lo
conocido necesario para completar de forma coherente una comprensión más
integral de las cosas.
Según la Teoría Integral de Ken Wilber, se podría decir que todas
las teorías derivan de lo que un espacio de interpretación y contención puede
realizar (y en mi opinión “actualizar”). Este “espacio” (metafóricamente
hablando) que es la consciencia carece de contenido pero puede poblarse de
contenidos según su amplitud o capacidad. Según esta teoría todo lo que surge
como objetos y como perspectivas interpretativas subjetivas e intersubjetivas lo
hace bajo cuatro aspectos fundamentales. Esta teoría es en realidad una Meta Teoría (teoría sobre otras
teorías o la que puede relacionar a otras teorías) y (además de ser compatible
y complementaria con el Pensamiento Complejo de Edgar Morin también es
compatible con la “Transdisciplinariedad” propuesta por Basarab Nicolescu), al reconocer los cuatro factores primordiales objetivos
(materiales), intersubjetivos (culturales), personales (subjetivos) e
inter-objetivos (sistémicos) de toda expresión ontológica y epistemológica de
la “realidad”, podremos pensar y actual de forma integral.
A esto Wilber añade la
importancia de reconocer por lo menos tres niveles básicos de la realidad (el
físico, el mental-sutil y el causal de “semillas” o principios), niveles reales
que existen con sus perspectivas según tradiciones místico-esotéricas antiguas corroboradas
empíricamente como el Vedanta y Wilber incipientemente desarrolla en su “Excerpt
G” cómo podrían el nivel sutil y el físico relacionarse. Pienso que si
continuamos desarrollando estas ideas podrían darse aportes para una ciencia que
abarque la tecnología y principios de las naves extraterrestres.
http://www.kenwilber.com/Writings/PDF/ExcerptG_KOSMOS_2004.pdf
(en inglés).
Como traté de explicar, los
extraterrestres pensarían, sentirían y obrarían transdisciplinariamente. Para
llegar a la etapa en que se hallan probablemente como especies planetarias
unificadas deben haber superado la organización social basada en el pensamiento
dicotómico propio de la materialidad convencional. Pensarían, sentirían y
obrarían integrando los cuatro aspectos básicos de cómo surge toda realidad
ontológica y epistemológicamente revelada/interpretada (lo subjetivo,
intersubjetivo, objetivo, inter objetivo según la Teoría Integral), pero a esto
yo añadiría tres lógicas primarias ligadas a las sub-realidades (los universos
físicos, mentales-sutiles y causales o de principios) de los tres niveles principales
de realidad también mencionados. Estas lógicas servirían para entender el funcionamiento
causal (de causa-efecto) en estos tres niveles primarios de realidad.
La realidad
física estaría principalmente representada por una lógica dicotómica, clásica, con
el tercio excluido. La realidad mental-sutil estaría representada por una
lógica de opuestos complementarios y la realidad causal o de principios estaría
representada por una lógica menos conocida de “inmanencia mutua” en la cual los
opuestos se definen por su mutua relación interior en vez de por sus
diferencias externas. La lógica causal trascendería e incluiría a la lógica
sutil y la sutil a la física más aplicable a la física convencional. Para
entender la presencia ET y para crear una sociedad planetaria sana habría que
empezar a superar la lógica física clásica. Esto también nos ayudaría a entender
cómo desde la realidad mental-sutil se puede manipular la realidad física.
Todas las formas de resistencia a
las evidencias que sugieren una presencia ET aparentemente tienen que ver con
una incapacidad de incluir el tema en nuestra realidad personal. Esta capacidad
afectaría todas las explicaciones ofrecidas y sería como un “espacio” que según
la sicología integral (también desarrollada por Ken Wilber) no solo puede ser
más o menos “amplio” (según el nivel de desarrollo promedio) para poder incluir
mayor número de perspectivas sino que puede estar subconscientemente obstruida
con apegos, “sombras” (como diría Jung), objetos mentales negados, reprimidos y
otros impedimentos. Algunos de estos impedimentos se manifestarían como
actitudes de orgullo derivando en la incapacidad de aceptar evidencias que
sugieren que estábamos equivocados sobre cómo pensábamos acerca de la realidad.
La supresión de evidencias de
parte de algunos países poderosos capaces de investigar la tecnología
relacionada a las naves ET también derivaría de la misma carencia de capacidad.
El enfoque excesivamente materialista adaptado a la lógica clásica convencional
y la tendencia a ceder a la presión social para sobre validar las teorías e
ideologías ortodoxas dentro de instituciones científicas demostraría que no hay
una suficiente capacidad para resistir esto y ser un disidente o “evolucionario”
a menos que (como en el ejemplo francés) la cultura circundante lo facilite.
Los especialistas en todos los
campos de conocimiento han tradicionalmente escogido sus teorías favoritas frecuentemente
excluyendo otras teorías y campos de conocimiento que no pueden sicológicamente
incorporar. Esto ha sucedido inclusive entre los que creen en OVNIS de
naturaleza anómala o en la presencia extraterrestre. Nos subdividimos en campos
según preferencias. Esto mostraría que hay carencias en esa capacidad o “espacio”
que es la consciencia y que, de ser más amplia, podría bloquear menos aspectos
de la realidad y servir para reconocer la importancia de todas las formas
complementarias (cualitativas y cuantitativas) de entenderla ya que (según la
Teoría Integral) deberían representar a los cuatro aspectos constantes e
inseparables de cómo surge la realidad objetiva y subjetiva-interpretativa.
De ser válida la idea que los líderes
políticos máximos no pueden decidir si validar o no la investigación OVNI (generando
un tabú y un mensaje implícito a líderes de instituciones allegadas) debido a
que cuestiona la premisa de la soberanía antropocéntrica entre otros factores
(salvarse de la crítica) también podría deberse a la incapacidad de tener una visión original
y distinta a las premisas de la modernidad. No estaríamos hablando tanto de la capacidad
como un estado de conciencia porque estos son pasajeros; estaríamos hablando de
la capacidad como establecida en un nivel estructuralmente estable.
¿Pero qué provocaría en la
sociedad un cambio hacia ese nivel estructuralmente estable; hacia una forma de
ser y pensamiento complejo, transdisciplinario e integrador? Pienso que lógicamente
sería cualquier elemento socialmente bien reconocido de forma oficial y que
esté bien establecido funcionalmente en la siguiente etapa de desarrollo.
Tendría que ser un elemento práctico, necesario y funcional de cualquiera de
los cuatro aspectos fundamentales (lo subjetivo, objetivo, intersubjetivo-cultural
e inter-objetivo-sistémico). También – para realmente ser un elemento de esa nueva
etapa “integral” tendría que incluir un reconocimiento de lo paranormal o la
existencia de otras realidades o mundos. Esto es porque sus mismos aspectos científicos
lo demandan.
Como (según la Teoría Integral) los
cuatro aspectos constitutivos de la realidad surgen inextricablemente juntos
(aunque con distintas intensidades) si el elemento estimulante del cambio fuese
un objeto tecnológico propio de una etapa integral los aspectos subjetivos,
culturales y sistémicos se adaptarían. Si fuese el elemento fuese un acuerdo
cultural o subjetivo, este tendría que realmente motivar. Si fuese una forma de
organización sistémica debería ser muy necesario para establecerse y provocar
el surgimiento de los demás aspectos.
Un objeto de una tecnología futurística
desconocida podría ser tal “elemento”. En ese caso podría ser evidencia OVNI
incontestable. Una teoría metafísica o filosófica más avanzada pero con
aplicaciones prácticas para generar nuevas ideas políticas, religiosas,
sociales, científicas podría ser tal “elemento”.