Wednesday, April 2, 2014

¿Por Qué Se Resiste la Posibilidad de la Presencia Extraterrestre?

Aceptar la Hipótesis Extraterrestre como una premisa de trabajo sobre una realidad que en muchos casos reportados podría ser concretamente real es absolutamente necesario para empezar a realizar una evaluación exopolítica amplia de nuestra situación actual. La hipótesis extraterrestre (particularmente de una inteligencia extraterrestre) es la hipótesis de partida de la “exopolítica”, sea que se considere como una realidad distante en algún lugar del universo o ya aquí y desde siempre entre nosotros. Este campo aún incipiente de la exopolítica podría definirse como “un estudio interdisciplinario principalmente basado en las ciencias sociales y que se enfoca en la investigación, educación y políticas públicas respecto a los actores, instituciones y procesos asociados a la vida extraterrestre así como a las implicancias que esta conlleva”.

¿Pero es esto legítimo y “respetable”? ¿Debemos esperar a que un número suficiente de científicos y políticos concuerde? ¿Podemos realmente ser independientes en nuestras apreciaciones? La Asociación Astronómica y Aeronáutica de Francia también estudia fenómenos aeroespaciales no identificados y en mayo del 2010 publicó un estudio que decía: Sentimos que debemos rechazar la tesis del ORIGEN TERRESTRE (mi énfasis) de todas las observaciones hechas desde la Segunda Guerra Mundial. Quizás la tradición de cuestionamiento filosófico posmoderno incluyendo el cuestionamiento de las bases de la modernidad que surgió en Francia les permite inclusive cuestionar los rezagos de una atrincherada actitud de imposibilidad basados en la física clásica. Dentro de las instituciones se han atrevido a ver las evidencias y tratar el tema con menos tapujos.  Es más “cool” ser disidente en Francia.

Cabe observar que solo desde el punto de vista racional y no del de la sociología del conocimiento y-o descubrimiento científico, dada la cantidad y calidad acumulada de evidencias cuantitativas y cualitativas (que hasta en ocasiones se refuerzan mutuamente) estadísticamente habría que asumir la Hipótesis Extraterrestre como necesaria para evitar caer en un “Error de Segundo Grado” de estadística inferencial o interpretación de los datos. Habría que evitar asumir la Hipótesis Nula y un Falso Negativo irracionalmente cuando la base de datos indica lo opuesto.

Mientras que el Dr. Michael E. Salla (que fue profesor de política internacional y estudios de resolución de conflictos y la paz en la American University) se enfoca en las implicancias de la presencia extraterrestre de forma un tanto más analítica, el abogado Dr. Alfred Webre (quien acuñó y difundió el término “exopolítica”) la describe como “el estudio de la gobernancia y procesos políticos en la sociedad inter estelar”. Podría decirse que la versión de Salla es más académica y que la versión de Webre es más intersubjetiva y exploratoria y se basa más en la aceptación de testimonios que él halla creíbles.

Por otro lado a la exopolítica también se le puede considerar como una disciplina científica social, un movimiento internacional para que se estudie y revele oficialmente la situación de una presencia extraterrestre. También en parte se inspira en los nuevos paradigmas científicos que están surgiendo (holografía cuántica, retrocausalidad, unificación cuántico-relativista, ciencias de la complejidad y auto organización, etcétera) y en el rol que la consciencia tiene en la interacción con el Cosmos, tecnologías más avanzadas y la misma presencia extraterrestre.

Lo más extraordinario del fenómeno OVNI nos lleva a ampliar horizontes mentales; a buscar pautas comunes a sus aspectos cuantitativos y cualitativos; a hallar simples patrones comunes capaces de coordinar una mayor complejidad. Todo apunta no solo a la “interdisciplinariedad” para superar el fraccionamiento del conocimiento en distintos campos sino al gradual descubrimiento de principios comunes que nos ayuden a integrar de forma “transdisciplinaria” esos campos. Los extraterrestres pensarían, sentirían y obrarían transdisciplinariamente integralmente incluyendo lógicas ligadas a los universos físicos, mentales-sutiles y causales-de principios pero explicaré un poco más de esto posteriormente.

Hay suficientes evidencias para tomar el tema en serio y para empezar a entenderlo menos conflictiva y dicotómicamente sin esperar que una mayoría ortodoxa de científicos y políticos lo haga antes que nosotros.
La “Hipótesis Extraterrestre” se basa en considerar la posibilidad racional que - dadas las evidencias empíricas, testimoniales, documentarias que existen – por lo menos ALGUNOS OVNIS reportados podrían ser de origen inteligente y extraterrestre o de otra realidad distinta a la nuestra y tecnológicamente y teóricamente más avanzados. Para aceptar esta POSIBILIDAD no bastan las evidencias dadas hasta ahora; se requiere una mayor humildad para aceptar que las explicaciones que hemos aceptado en nuestra interpretación del mundo podrían estar incompletas.  Dados los fenómenos de interacción y los testimonios de millones de personas deberíamos reconocer que no necesariamente la velocidad de la luz es el límite ni el espacio tridimensional el único medio para transportarse a través del mismo. Debemos agachar la cabeza ante la arrogancia de creer que ya nos habríamos dado cuenta de la verdad o que nuestra ciencia actual ya definió el límite de lo posible y quizás con el tiempo también nosotros podamos generar fenómenos de teleportación/tunelaje cuánticos a escala macro.

Si aceptáramos que solo uno de los miles de casos que se reportan anualmente (y los reportes van rápidamente en aumento) fuese de tecnología o realidad extraterrestre cambiaría la historia. ¿Por qué tantos líderes políticos, científicos y ciudadanos ni siquiera admiten una posibilidad racional dadas las evidencias? ¿No se investiga porque subconscientemente se teme a las implicancias? ¿Porque estamos bio-sicológicamente programados solo para percibir una realidad material estable-concreta donde el espacio tiempo, la inercia y la entropía no se distorsionan? No se aborda el tema porque parece un cuento de hadas, un realismo fantástico en una era “racional-científica”?

A veces estos OVNIS más anómalos (que no tienen una sana explicación prosaica) no solo están tan lejos como un satélite artificial o el planeta Venus sino que se acercan, producen efectos electromagnéticos, se “dejan” filmar, aterrizan y dejan huellas que modifican el terreno, están asociados a relatos (con y sin evidencia colectiva) de contactos pacíficos (por lo general más desdeñados como fantasiosos) y contactos “preocupantes” (diferentes abducciones). ¿Por qué tan fácilmente se desvirtúa la presencia OVNI ante la prensa y la población (como sucedió con el interés por los agrogramas de Inglaterra) luego que se dan unas explicaciones prosaicas aunque a veces al indagar a profundidad estas sean aún más incompletas, incapaces de explicar bien todo y un tanto más falsas y tendenciosas? ¿Acaso se trata de un temor atávico a lo desconocido?

¿Por qué se prefieren ignorar las conclusiones del Proyecto SIGN (el primer proyecto oficial de investigación de la Fuerza Aérea estadounidense y antecesor del Proyecto Libro Azul) que reportó a favor de la “Hipótesis Interplanetaria”? ¿Por qué la gente no está bien informada de las cartas del General Nathan Twinning y las declaraciones del Almirante Lord Hill Norton, ex jefe supremo de la OTAN o del testimonio de contacto extraterrestre del Mariscal del Aire británico Sir Peter Horseley respecto a que (al menos una fracción del fenómeno) es real, físico, inteligente, tecnológico y no solo visionario? ¿Por qué no se implementó la resolución GA 33/426 de la ONU para coordinar un estudio y centro de información en ese organismo internacional?  ¿Por qué las más recientes declaraciones del ex Ministro de Defensa de Canadá Paul Hellyer pasan casi desapercibidas? ¿Es que nos cuesta despertar del sueño que esta realidad material y nuestra adaptación a ella es todo lo que importa?  ¿Por qué, si en las naciones modernas oficialmente aceptamos el “método científico” empírico-deductivo, casi nunca se investiga institucionalmente una hipótesis con tantas evidencias y anomalías que la ciencia convencional no puede explicar?

Quizás Thomas Kuhn tenía razón: a pesar del idealismo en la ciencia en cuanto a buscar la verdad o las mejores explicaciones y teorías basándose en evidencias empíricas, los científicos que estructuran sus vidas institucionalmente por lo general evaden aquellas evidencias que no concuerdan con sus teorías existentes.   También son sometidos a procesos disciplinarios y de control social por sus colegas si se salen de línea.

¿Será (como sugiere el teórico constructivista Alexander Wendt en su ensayo “Sovereignty and the UFO”) que básicamente hay un temor inconsciente en los “soberanos” líderes políticos, un temor opuesto a negar la premisa antropocéntrica sobe la que se basan los estados modernos y la modernidad, teniendo que admitir que además del ser humano podrían haber otros seres inteligentes que también merecen ser “soberanos”? ¿Será - como postula Wendt - que por eso el tema OVNI debe convertirse en TABÚ  (un objeto que a pesar de las evidencias no es reconocido o es socialmente inexistente)? Creo que, efectivamente, el tema OVNI respecto a una posible presencia extraterrestre se convierte en TABÚ a partir de la incapacidad de decidir del “soberano” (líder o líderes) pero no porque se cuestione la primacía antropocéntrica sino porque no puede reconocer sus errores de juicio respecto a lo que es “real”, especialmente ante un tema de tanta importancia.  Por lo tanto se prefiere ignorar lo que está pasando.

Desde el punto de vista del funcionalismo, propongo que, cuando los soberanos (y los líderes culturales asociados al mismo) evaden el tema indicando (a la gente que aspira a estatus social y legitimidad) que este es un tabú, se generan procesos micro sociales de supresión y control social ideológica dentro de las instituciones oficiales asociadas a la legitimidad del estado. Quienes desean adquirir y mantener legitimidad y estatus en esas instituciones no pueden salirse de la línea epistemológica-ideológica explícita o implícita. A falta de una definición y liderazgo proporcionada por el “soberano” o líder (y líderes) respecto al tema, las personas generando los procesos micro sociales mantienen la estabilidad funcional de lo conocido, incluyendo las ideas que también se han estructurado y convertido en instituciones.

Sin permiso del “soberano” que aún no ha podido decidir (lo que Giorgio Agamben probablemente llamaría un “estado de excepción”) en favor o en contra de la validez formal de la Hipótesis Extraterrestre y, además, expuestos a una sociedad que –influidos por planteamientos posmodernos – cuestiona las premisas que legitimaban a las comunidades científicas profesionales, los científicos que dependen de esas instituciones tienden a generar relaciones micro sociológicas que refuerzan la estabilidad del orden ya conocido, generalmente (hasta hoy) desdeñando y suprimiendo con sus críticas a la investigación OVNI y la aún más increíble Hipótesis Extraterrestre. Se generan fundamentalismos ideológicos al sentirse en una situación más precaria.

Desde una perspectiva funcionalista, en una era hiper compleja, post industrial-informática, intensamente basada en la razón instrumental y el intercambio de bienes y servicios, gran parte de la cohesión y el orden social macro social se mantiene (cada día más precariamente) en base a lo que Emile Durkheim llamó “solidaridad orgánica”,  basada en relaciones estipuladas por normas generales y abstractas. Estas normas basadas en premisas deductivas, dicotómicas, lineales podrían estar perdiendo su funcionalidad sistémica dado al alto nivel de interconexión ahora existente en los sistemas más sensible y de escala planetaria creados por el hombre. Por otra parte, los científicos generalmente operan dentro de instituciones más pequeñas que operan dentro de una “solidaridad mecánica”, donde las expectativas y normas de la relación interpersonal son más directas para el individuo. 

Según el sociólogo Peter L. Berger (autor de “The Social Construction of Reality”), las identidades construidas en relaciones cercanas son la base de los intereses de los actores sociales y los individuos se aferran a ellas mientras el ROL que mantienen en esas relaciones lo requiera. ¿Entonces se tratará de mantener roles para tratar de sobrevivir dentro de grupos tratando de maximizar un estatus?

Si las instituciones científicas otorgan legitimidad racional y credibilidad a algunos proyectos nacionales, estas operan bajo una relación co-dependiente con el estado. Se espera de ellas que mantengan una línea estructurada, conocida y coherente.  Como el estado moderno es parcialmente legitimado por las instituciones científicas que contribuyen conocimientos estables en base a los cuales supuestamente se toman decisiones racionales, existe una presión implícita de mantener el estatus quo respecto al tabú OVNI. Esto concuerda con que las normas de las instituciones científicas (establecidas en los siglos XVII, XVIII y XIX) para legitimar la admisión personal a un grupo exclusivo de “profesionales científicos” remunerados por sus servicios fueron dominadas por el realismo materialista reduccionista y un materialismo mecanicista sobre todo a partir de la confluencia de los trabajos de Bacon, Newton y Descartes y –debido a la Ilustración – como una oposición al dogmatismo religioso que explicaba al mundo natural en base a la teología. La influencia de la lógica deductiva aristotélica y de la limitación de sus cuatro causas a la “causa eficiente” también forman parte de los parámetros epistemológicos  científicos convencionales que –a pesar de las evidencias aportadas por la contra intuitiva mecánica cuántica -  se resisten a cambiar. La cohesión de estas instituciones científicas así estructuradas son hasta el día de hoy (aunque cada vez menos efectivamente) defendidas de manera fundamentalista.

¿Qué otros factores inciden en la resistencia a considerar la enorme acumulación de evidencias OVNI a través de los años? ¿Cómo es que los fundamentalismos ideológicos se mantienen y refuerzan?

Hay características humanas que probablemente nos sirvieron como especie a lo largo de nuestra evolución. Por ejemplo es más fácil ser escéptico con los grupos que nos son desconocidos que con el grupo referencial con el que vitalmente interactuamos y conocemos más. Además, los estudios sobre “conformidad” realizados por Solomon Asch, Muzafer Sheriff y Gregory Berns nos muestran que, bajo la presión social de una mayoría en un grupo, los individuos tienden a conformarse con evaluaciones erradas. En algunos casos, aunque privadamente piensen que los demás están errados, se elige la conformidad. En otros casos se rechaza el juicio individual pensando que la mayoría debería estar en lo correcto y, finalmente, inclusive a veces se distorsionan las percepciones empíricas proporcionadas por los sentidos y el cerebro para inconscientemente acomodarse a lo que la mayoría dice.

Todo esto refuerza (inclusive desde el punto de vista sociobiológico) la propuesta del filósofo de la ciencia Thomas Kuhn respecto a la resistencia al cambio de “paradigmas” (explicaciones, modelos, métodos, ejemplos), al menos hasta que se acumulen tantas “anomalías” que ya no puedan ser rechazadas.  Sin embargo hay que tomar en cuenta que en los estudios sobre la “conformidad” siempre hubieron personas que no se limitaron a las percepciones erradas de sus compañeros y asimismo siempre ha habido voces disidentes en la comunidad científica, inclusive en relación al fenómeno OVNI (por ejemplo el profesor emérito de física aplicada Peter A. Sturrock y el físico atmosférico James Mc Donald). ¿Qué marca la diferencia? ¿Una formación personal en la cual la verdad y la objetividad son un valor supremo?

Por lo general el rechazo a investigar OVNIS y a trabajar con la Hipótesis Extraterrestre en relación a algunos de estos eventos-objetos es realmente irracional y un asunto político, sicológico y sociológico tanto en la comunidad científica como en los estamentos de muchos gobiernos. Pero entre las razones ya mencionadas, ¿serán también las personas con baja tolerancia a la ambigüedad las que fungen de escépticos militantes, de policías y soldados del viejo régimen  contra la adopción de nuevas ideas y verdades aun poco claras que cuestionan la legitimidad del orden conocido? Mientras que los escépticos saludables dudan pero están dispuestos a que se les demuestre lo contrario, los escépticos militantes entran en la negación sicológica y selectivamente eliminan, desacreditan, causan dudas y suprimen evidencias que los contradiga. Sienten la misión de restaurar la estabilidad ideológica. Quizás cognitivamente hablando algunos de ellos sean incapaces de pensar con lógicas que no sean mutuamente exclusivas.

El estudio exopolítico requiere una apertura al pensamiento vinculante o conectivo que el gran filósofo público Edgar Morin estima como absolutamente necesario para sobrevivir ante los problemas de escala planetaria que están surgiendo. “Complexus” también significa “entramado” en Latino. En fin, los nuevos paradigmas asociados a las ciencias de la complejidad y al pensamiento integrador post posmoderno serían “inconmensurables” (en un sentido relacionado a Thomas Kuhn y a Paul Feyerabend) con los paradigmas derivados del materialismo científico reduccionista o del realismo materialista y de la lógica aristotélica clásica. Por eso se requeriría adquirir, fomentar o “florecer” una consciencia vinculante en la cual se percibe que los opuestos se necesitan mutuamente. Es más, según el filósofo y sicólogo teórico Ken Wilber, lo que él llama el “pensamiento integral” es una forma de pensar y de ser (de estar en el mundo) que no solo es ética sino perfectamente posible dentro de las potencialidades humanas. En pocas palabras se podrían incluir y superar dentro de un orden cognitivo y ético superior a nuestras tendencias sociobiológicamente adquiridas.

La realidad de una posible evolución representada (pero no únicamente) por etapas cada vez más inclusivas estaría refrendada por los sicólogos del desarrollo humano Robert Kegan, Clare Graves, Abraham Maslow, James Clerk Baldwin, Carol Gilligan, Susanne Cook-Greuter, James W. Fowler (enfatizando distintos tipos de inteligencias humanas) y por pensadores como Jean Gebser, místicos como Sri Aurobindo y sociólogos como Pitirim Sorokin. También estaría representada por teólogos como Teillard de Chardin y Thomas Berry y una capacidad de re-organización en sistemas abiertos por biólogos como Francisco Maturana o por químicos como Ilya Prigogine. Fomentar tal desarrollo sería necesario para sobrevivir en el mundo actual y para entender los retos adaptativos que nos presenta la presencia extraterrestre y, para esto, el concepto de SINTROPÍA desarrollado por Ulisse di Corpo y los métodos de auto organización social desarrollados por Carlos A. Guarnizo Olivera file:///C:/Users/Giorgio/Downloads/modelando_el_genoma_social.pdf son perfectamente compatibles. Si estos estudiosos de “la integración” y de la trascendencia al pensamiento materialista lineal, reduccionista y dicotómico (en exceso desvinculante, separatista) no han abordado el tema OVNI extraterrestre quizás sea porque también existe una inteligencia humana que reconoce la importancia de un vínculo natural con otras realidades y que en ellos (a pesar de sus aportes) no estaría muy activa, mientras que sí podría estarlo en algunos “contactados” y curanderos de los pueblos originales o ancestrales.

Se podría también decir que, hasta que la cultura y la “construcción social de la realidad” no reconozcan oficialmente y estimulen educativamente esta forma post dicotómica de ser y pensar que (como los procesos cuánticos y los OVNIS más anómalos que sugieren una inteligencia distinta a la nuestra) trascienden el entender la Vida como sujeta al espacio como separación y al tiempo como duración lineal, diversos grupos de poder económico, militar y político podrían converger e incidir en la situación controlando partes de la información sobre la presencia ET. Dada la situación de ignorancia actual algunas de las explicaciones ofrecidas bajo las teorías de conflicto (y no solo las funcionalistas y construccionistas) también tendrían cierta validez.

Cuando un grupo pequeño tiene demasiado poder y no es controlado sus propias normas se vuelven intensamente vinculantes. No solo al tener el poder y evitar ser fiscalizados formarían una serie de sociedades cerradas y un consorcio sino que sentirían que tienen el derecho de actuar en su propio beneficio relativo. Como Dwight Eisenhower previno en su último discurso como presidente, el poder del complejo militar industrial era excesivo y ponía en peligro los procesos democráticos. Aun así si es que hubieran grupos de tal naturaleza controlando parte de lo que se sabe acerca de la presencia extraterrestre, en algunos casos, concebiblemente, personas ligadas a ese “consorcio” podrían tratar de proteger paternalistamente la continuidad y el funcionamiento de la sociedad manteniéndola inocentemente al margen de lo que sucede, amén de proteger los secretos tecnológicos para que no caigan en manos extremistas o de otras sociedades lideradas por personas con formas de ser pre integrales.

En otros casos al sentirse eximidos de las leyes democráticas los miembros de ese grupo de control o “consorcio” podrían optar por priorizar no solo sus intereses económicos sino también sus visiones grupales, nacionalistas y hasta escatológicas. Todo eso podría suceder en grupos con demasiado poder si no rinden adecuadas cuentas a nadie y (como lo sugiere Richard Dolan, autor de “UFOs and the National Security State”) si tuvieran tecnologías demasiado avanzadas podría inclusive generarse una sociedad alternativa que se escapase de la línea de desarrollo histórico de la humanidad convencional.

Las distintas aplicaciones y variedades que parten de la Teoría de Conflicto (aplicables a las clases o grupos que controlan la producción, la economía, la información, los valores, las premisas epistemológicas, el poder militar, el gran capital, la propaganda y la cultura) se aplicarían bajo formas de “ser” (de pensar, de sentir y actuar) menos vinculantes en el sentido dado por Morin y Wilber, esto es, separadamente y compitiendo entre sí como ideologías pre-integrales. Faltaría contar con una actitud integrativa mucho más desarrollada.
Para entender mejor de forma intelectual y no solo de forma mítica y sentimental-emocional a los extraterrestres transdimensionales habría que empezar a pensar de forma integral. ¿Es esto muy difícil? ¿Fuera de la capacidad humana? No lo creo. Creo que ya hay evidencia seria de contactos profundos y amistosos con algunas especies extraterrestres pero en general esto ocurriría más a nivel de afectos y de valores compartidos que de un intercambio intelectual. Sin embargo, creo que también podemos desarrollarnos hacia un entendimiento intelectual más destacado porque ya filósofos como Ken Wilber, Edgar Morin y otros, así como científicos de la complejidad, de física cuántica, de fenómenos parapsicológicos (como Dean Radin), de holografía cuántica (como el astronauta Edgar Mitchell) de estudios sobre la posible física de las naves extraterrestres (como Stoyan Sarg, Thomas Valone, Paul A. LaViolette, Thomas Bearden, William Tiller y Robert L. Schroeder, autor de “Solving the UFO Enigma” ya estarían contribuyendo a soluciones. Según Wilber cuando un 10% de la población llega a la siguiente etapa de desarrollo personal y cultural las leyes y estructuras de la sociedad rápidamente cambian adoptando las creaciones de esos líderes culturales.

Con la expansión de la capacidad de incorporar perspectivas, de incorporar más formas de incluir/entender/interpretar/revelar la “realidad” bajo pautas comunes (en los definidos pero inextricables ámbitos materiales, culturales, subjetivos y sistémicos) podríamos entender que otros seres son dignos de soberanía sobre sus vidas y áreas de acción naturales. Comprenderíamos que a los extraterrestres no podemos limitarlos a nuestros conceptos modernos de soberanía territorial, especialmente si han estado ocupando bases subterráneas e interactuando sutil o directamente con nosotros desde tiempos inmemoriales. Habría que extender la categoría de “humano” a seres similares y distintos de nosotros pero compartiendo una profunda capacidad de auto reflexión y de entender.

Las principales teorías sociológicas (como las de conflicto, funcionalistas, simbólico interaccionistas,  constructivistas y del Actor-Red) se integrarían como expresiones de los ámbitos materiales, culturales, subjetivos y sistémicos que básicamente la Teoría Integral de Wilber, el Pensamiento Complejo de Morin y el Realismo Ontológico de Roy Bhaskar coinciden en reconocer como comunes a toda experiencia y expresión bajo el nuevo pensamiento posmoderno integrativo y transdisciplinario que están forjando. Asimismo las distinciones entre los métodos, descubrimientos, experiencias y realidades cualitativas y cuantitativas se podrían armonizar bajo esos factores comunes y campos de investigación y praxis como la ovnilogía y la exopolítica responderían reuniendo aspectos que por prejuicios y preferencias personales se mantenían intelectualmente separadas.

Según el sociólogo francés Bruno Latour, co-creador de la “Teoría del Actor-Red”, los objetos también son “actores” o “actantes” (agentes sociales) e importantes en la creación de significados y las relaciones sociales. De ser así, habría que incluir entre los objetos que más nos fuerzan a buscar interpretaciones no convencionales y que pueden participar en la modificación de la sociedad (al participar en la red de relaciones que la genera) a los objetos altamente anómalos como los OVNIS que pueden ser de origen extraterrestre y hasta operar bajo parámetros físicos distintos o aparentemente “inter dimensionales” capaces de alterar los efectos de gravedad, inercia, espacio, tiempo y percepción).

Tomando en consideración el pensamiento del filósofo Timothy Morton, creo que los OVNIS podrían considerarse como “Hiper Objetos” pues se manifiestan a escala global, masivamente distribuidos en el espacio y el tiempo por lo que trascienden una ubicación y su presencia nos obligan a re-pensar promoviendo un cambio porque superan nuestras formas tradicionales de entender la realidad. Entonces, retornando a Bruno Latour, podríamos también considerar a estos OVNIS como “Hiper Actores” en nuestra realidad social, un aspecto subjetivo dado a objetos que además de sus tripulantes - según algunos contactados e investigadores - parecen también estar dotados de alguna forma de inteligencia o consciencia. Los OVNIS como “hiper objetos” se relacionarías intersubjetivamente con nosotros representando sistemas físicos, sociales, energéticos organizados en relación a una lógica sutil-mental superior que trasciende e incluye a nuestra realidad física convencional constituyéndose en un referente de presencia enigmática pero constante obligándonos a superar en conjunto el rechazo a la Hipótesis Extraterrestre.

Para pasar de una sociología fraccionada (relacionada no solo al rechazo de la presencia extraterrestre sino con el materialismo realista, acoplado a una lógica de polaridades irreconciliables y a una visión reducida a la percepción material convencional) a una sociología que pueda servir para integrar los principales aspectos de esta presencia sugiero empezar por hallar pautas de integración en los aspectos subjetivos, intersubjetivos, objetivos y sistémicos. La construcción de la auto identidad entendida a través del “Interaccionismo Simbólico” de Talcott Parsons y los roles habla de procesos subjetivos e intersubjetivos. En variaciones de la “Teoría de Conflicto” se explica el conflicto  entre la ciudadanía y su necesidad de saber y quienes ostentan el poder respecto al encubrimiento de la presencia extraterrestre. Las teorías de conflicto como las teorías estructuralistas se refieren al aspecto sistémico o inter objetivo.  La Teoría del Actor-Red sobre objetos como actantes o actores se refiere al aspecto objetivo pero también subjetivo.

Aunque en general la sociología se refiere al aspecto sistémico (por ejemplo con el concepto de “estructuras” relacionándose para mantener un equilibrio dinámico), dentro de la misma se puede sub-definir esas diferentes teorías sistémicas relacionándose más con los aspectos subjetivos, objetivos, intersubjetivos e inter objetivos presentes en la Teoría Integral: Actor-Red con ‘sujetos’ y ‘objetos’; el simbolismo interaccionista con representaciones interiorizadas en el individuo y su sicología; las teorías construccionistas con la intersubjetividad en la definición grupal de lo cultural, las normas, lo sobre entendido y lo explícito.
La tendencia en todas las disciplinas y en la sociología ha sido la de suscribirse a una teoría en particular excluyendo otras bajo un pensamiento categórico o que claramente define sin entender que otras teorías pueden representar otros aspectos fundamentales inextricables. Los extraterrestres proporcionan un rol de contexto exterior a lo conocido necesario para completar de forma coherente una comprensión más integral de las cosas.

Según la Teoría Integral de Ken Wilber, se podría decir que todas las teorías derivan de lo que un espacio de interpretación y contención puede realizar (y en mi opinión “actualizar”). Este “espacio” (metafóricamente hablando) que es la consciencia carece de contenido pero puede poblarse de contenidos según su amplitud o capacidad. Según esta teoría todo lo que surge como objetos y como perspectivas interpretativas subjetivas e intersubjetivas lo hace bajo cuatro aspectos fundamentales. Esta teoría  es en realidad una Meta Teoría (teoría sobre otras teorías o la que puede relacionar a otras teorías) y (además de ser compatible y complementaria con el Pensamiento Complejo de Edgar Morin también es compatible con la “Transdisciplinariedad” propuesta por Basarab Nicolescu), al reconocer los cuatro factores primordiales objetivos (materiales), intersubjetivos (culturales), personales (subjetivos) e inter-objetivos (sistémicos) de toda expresión ontológica y epistemológica de la “realidad”, podremos pensar y actual de forma integral.

A esto Wilber añade la importancia de reconocer por lo menos tres niveles básicos de la realidad (el físico, el mental-sutil y el causal de “semillas” o principios), niveles reales que existen con sus perspectivas según tradiciones místico-esotéricas antiguas corroboradas empíricamente como el Vedanta y Wilber incipientemente desarrolla en su “Excerpt G” cómo podrían el nivel sutil y el físico relacionarse. Pienso que si continuamos desarrollando estas ideas podrían darse aportes para una ciencia que abarque la tecnología y principios de las naves extraterrestres.  http://www.kenwilber.com/Writings/PDF/ExcerptG_KOSMOS_2004.pdf (en inglés).

Como traté de explicar, los extraterrestres pensarían, sentirían y obrarían transdisciplinariamente. Para llegar a la etapa en que se hallan probablemente como especies planetarias unificadas deben haber superado la organización social basada en el pensamiento dicotómico propio de la materialidad convencional. Pensarían, sentirían y obrarían integrando los cuatro aspectos básicos de cómo surge toda realidad ontológica y epistemológicamente revelada/interpretada (lo subjetivo, intersubjetivo, objetivo, inter objetivo según la Teoría Integral), pero a esto yo añadiría tres lógicas primarias ligadas a las sub-realidades (los universos físicos, mentales-sutiles y causales o de principios) de los tres niveles principales de realidad también mencionados. Estas lógicas servirían para entender el funcionamiento causal (de causa-efecto) en estos tres niveles primarios de realidad. 

La realidad física estaría principalmente representada por una lógica dicotómica, clásica, con el tercio excluido. La realidad mental-sutil estaría representada por una lógica de opuestos complementarios y la realidad causal o de principios estaría representada por una lógica menos conocida de “inmanencia mutua” en la cual los opuestos se definen por su mutua relación interior en vez de por sus diferencias externas. La lógica causal trascendería e incluiría a la lógica sutil y la sutil a la física más aplicable a la física convencional. Para entender la presencia ET y para crear una sociedad planetaria sana habría que empezar a superar la lógica física clásica. Esto también nos ayudaría a entender cómo desde la realidad mental-sutil se puede manipular la realidad física.

Todas las formas de resistencia a las evidencias que sugieren una presencia ET aparentemente tienen que ver con una incapacidad de incluir el tema en nuestra realidad personal. Esta capacidad afectaría todas las explicaciones ofrecidas y sería como un “espacio” que según la sicología integral (también desarrollada por Ken Wilber) no solo puede ser más o menos “amplio” (según el nivel de desarrollo promedio) para poder incluir mayor número de perspectivas sino que puede estar subconscientemente obstruida con apegos, “sombras” (como diría Jung), objetos mentales negados, reprimidos y otros impedimentos. Algunos de estos impedimentos se manifestarían como actitudes de orgullo derivando en la incapacidad de aceptar evidencias que sugieren que estábamos equivocados sobre cómo pensábamos acerca de la realidad.

La supresión de evidencias de parte de algunos países poderosos capaces de investigar la tecnología relacionada a las naves ET también derivaría de la misma carencia de capacidad. El enfoque excesivamente materialista adaptado a la lógica clásica convencional y la tendencia a ceder a la presión social para sobre validar las teorías e ideologías ortodoxas dentro de instituciones científicas demostraría que no hay una suficiente capacidad para resistir esto y ser un disidente o “evolucionario” a menos que (como en el ejemplo francés) la cultura circundante lo facilite.  

Los especialistas en todos los campos de conocimiento han tradicionalmente escogido sus teorías favoritas frecuentemente excluyendo otras teorías y campos de conocimiento que no pueden sicológicamente incorporar. Esto ha sucedido inclusive entre los que creen en OVNIS de naturaleza anómala o en la presencia extraterrestre. Nos subdividimos en campos según preferencias. Esto mostraría que hay carencias en esa capacidad o “espacio” que es la consciencia y que, de ser más amplia, podría bloquear menos aspectos de la realidad y servir para reconocer la importancia de todas las formas complementarias (cualitativas y cuantitativas) de entenderla ya que (según la Teoría Integral) deberían representar a los cuatro aspectos constantes e inseparables de cómo surge la realidad objetiva y subjetiva-interpretativa.  

De ser válida la idea que los líderes políticos máximos no pueden decidir si validar o no la investigación OVNI (generando un tabú y un mensaje implícito a líderes de instituciones allegadas) debido a que cuestiona la premisa de la soberanía antropocéntrica entre otros factores (salvarse de la crítica) también podría deberse  a la incapacidad de tener una visión original y distinta a las premisas de la modernidad. No estaríamos hablando tanto de la capacidad como un estado de conciencia porque estos son pasajeros; estaríamos hablando de la capacidad como establecida en un nivel estructuralmente estable.

¿Pero qué provocaría en la sociedad un cambio hacia ese nivel estructuralmente estable; hacia una forma de ser y pensamiento complejo, transdisciplinario e integrador? Pienso que lógicamente sería cualquier elemento socialmente bien reconocido de forma oficial y que esté bien establecido funcionalmente en la siguiente etapa de desarrollo. Tendría que ser un elemento práctico, necesario y funcional de cualquiera de los cuatro aspectos fundamentales (lo subjetivo, objetivo, intersubjetivo-cultural e inter-objetivo-sistémico). También – para realmente ser un elemento de esa nueva etapa “integral” tendría que incluir un reconocimiento de lo paranormal o la existencia de otras realidades o mundos. Esto es porque sus mismos aspectos científicos lo demandan.

Como (según la Teoría Integral) los cuatro aspectos constitutivos de la realidad surgen inextricablemente juntos (aunque con distintas intensidades) si el elemento estimulante del cambio fuese un objeto tecnológico propio de una etapa integral los aspectos subjetivos, culturales y sistémicos se adaptarían. Si fuese el elemento fuese un acuerdo cultural o subjetivo, este tendría que realmente motivar. Si fuese una forma de organización sistémica debería ser muy necesario para establecerse y provocar el surgimiento de los demás aspectos.


Un objeto de una tecnología futurística desconocida podría ser tal “elemento”. En ese caso podría ser evidencia OVNI incontestable. Una teoría metafísica o filosófica más avanzada pero con aplicaciones prácticas para generar nuevas ideas políticas, religiosas, sociales, científicas podría ser tal “elemento”.

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