Sunday, October 27, 2013

Sobre la Evidencia Científica de la Presencia Extraterrestre

¿Existe evidencia “científica” de la presencia extraterrestre? ¿Cómo se puede pensar acerca de esta posibilidad y-o realidad de manera racional? ¿Qué dice “la ciencia”? ¿Qué dicen los científicos?

La “Ciencia” en si no dice nada. Los científicos tienen diversas posiciones y actitudes, a veces más “científicas” y objetivas y a veces menos. Lo que ya es racionalmente innegable es que ya existen suficientes evidencias para considerar la posibilidad de una presencia extraterrestre muy en serio.

La “Ciencia” moderna es un método o pautas a seguir dentro de un marco de premisas metafísicas útiles para descubrir cómo funciona la realidad objetiva que – dentro de una física clásica - se entiende como hecha de patrones estables y resistente a ser modificada a través de una conexión interior con la mente. 

También sigue una serie de interacciones externas obedeciendo a un rango de causas de manera lineal.
Los métodos y premisas sirven para producir aproximaciones. Lo que se busca es una aproximación progresivamente mejor a patrones a partir de los cuales se infieren “leyes” universalmente aplicables. Sin embargo existe un porcentaje de eventos dentro del fenómeno OVNI que se resiste a ser entendido dentro de parámetros ampliamente aceptados u ortodoxos y, desde el inicio de lo que podríamos llamar “la Era Moderna de la Fenomenología OVNI” (probablemente empezando en 1947 con el llamado “caso Roswell”),  ha existido un factor síquico inextricable en relación a la mayoría de las supuestas o reales experiencias de contacto. Además, los factores culturales y socio-políticos han sido igualmente cruciales para determinar cómo nos relacionamos colectiva e individualmente con el tema.

En otras palabras, las vivencias subjetivas o interiores en relación a lo objetivo-exterior parecen indicarnos que el método científico tradicional no se ajusta a una realidad que se muestra más cuántica que clásica inclusive a nivel macroscópico. De alguna forma la conciencia y las mediciones que realizamos determinan qué probabilidades se vuelven concretas en el mundo de la experiencia clásica o dentro de patrones clásicos como la necesidad de la distancia y de la secuencia temporal en la linealidad causal, de la segunda ley de la termodinámica y de la inercia.

Desde los inicios (luego del evento Roswell y el avistamiento de Kenneth Arnold cuando volaba cerca del Monte Rainier), la investigación ovnilógica (o ufológica como incorrectamente suele llamársele aceptando el americanismo) se dividió en una corriente “cientifista” y una corriente “contactista”, de corte y aceptación más popular. Puesto que el mundo incluye todos los aspectos síquicos, sicológicos, culturales amén de lo físico y lo sistémico (o inter objetivo) se generan dos aproximaciones al mundo artificialmente escindidas. La primera se basaba en evidencias físicas y su análisis principalmente dentro de parámetros físicos “clásicos” o tradicionales y la segunda se apoyaba más en lo que podríamos “evidencias hermenéuticas,” de acuerdo mutuo o resonancia intersubjetiva bajo un marco de “sentido común”.  La primera daba mucha credibilidad a las evidencias tangibles y a las teorías o modelos clásicamente demostrados y la segunda a las evidencias testimoniales. A pesar de esto, un tipo de metodología incluía en algún grado a la otra pero el resultado general fue separar la “ovnilogía” en dos tendencias: la de los primariamente escépticos del tema espiritual, contactista e interdimensional y la de los primariamente creyentes.  

Hay que aclarar muchas cosas, muchas pobrezas del entendimiento.

1)     Porque algunas anomalías se pueden explicar prosaicamente no significa que esa explicación  sea necesariamente la correcta.  Se tiende a creer en esto porque se sigue el consejo de William Occam quien dijo que la explicación más sencilla o la que produce menos explicaciones alternativas es la preferible.  Pero hay que recordar que este es un consejo y no una ley a tomarse a pie juntillas.

2)     La ciencia primero está representada por quien pone en práctica sus pautas. La evidencia “científica” puede existir pero muchos científicos graduados o acreditados prefieren no involucrarse por la razón del temor al ostracismo social y sus consecuencias. Para otros es más fácil seguir perteneciendo al grupo de la credibilidad y desdeñar sin realmente estudiar las mejores evidencias.  Muchos científicos graduados temen tratar con anomalías que se refieran a lo paranormal, lo psíquico, los efectos cuánticos a nivel macro. Principalmente lo hacen porque contradicen su sentido de auto identidad basado en una sociedad formada en base a un realismo clásico y porque temen el ridículo y desprestigio.

3)     Pero sí hay evidencias científicas. Lo que no hay es un amplio consenso sobre los aspectos más “anómalos” del fenómeno OVNI en relación a la presencia extraterrestre.

4)     “La ciencia” no es una personalidad que se pronuncie como una unidad a favor o en contra de una explicación. Se debate, se tienen algunos grados de consenso y generalmente en base  a anomalías y sorpresas se modifican las teorías que gradualmente se corrigen y amplían.

5)     Un porcentaje de eventos desconocidos “unknowns” (por ejemplo los porcentajes no explicados en el Proyecto Libro Azul) no es igual a decir que eran naves extraterrestres. OVNIS no explicados y naves extraterrestres no son lo mismo.

Cuando hay casuística OVNI primero se investiga si hay explicaciones convencionales inmediatas. Luego de claramente hallar fenómenos y objetos que evidentemente explican la mayoría de los OVNIs puede quedar un porcentaje aún “no explicado” o “desconocido”. Dentro de este porcentaje no todo es necesariamente de origen “extraterrestre” pero una parte podría quizás serlo. El peligro es querer descartar la hipótesis extraterrestre para pretender seguir siendo “científicos”. Siempre hay que asignar un valor a esta posibilidad que en algunos casos, aun luego de añadir explicaciones convencionales alternativas (erróneamente interpretando la recomendación de William Occam y su “Navaja de Occam”) pueden quedar un porcentaje de casos cuya mejor explicación racional sea la hipótesis extraterrestre.

Cuando un piloto serio y 1800 personas sobre una base de  la fuerza aérea ven de día unos 40 minutos de maniobras de combate e interceptación a un objeto que esquiva y maniobra y al que luego de dispararle, se le impacta y absorbe el grueso calibre de un obús, ¿puede una explicación netamente sicológica o asumir que todos tienen que haber visto un fenómeno  convencional mal interpretado ser una posición “científica” solo porque ya se determina de antemano que es “imposible” que seres extraterrestres (aun con una tecnología superior) lleguen a la Tierra?

Se podría decir que hasta ahora la mayoría de la gente en las sociedades solo maneja una forma fantástica de interpretar estos hechos (como de película, aventura y emoción) y una forma basada en la negación y el rechazo a la investigación pretendiendo tener una actitud “científica” pero ignorando o censurando muchos datos objetivos y las investigaciones serias.  Bajo esta última perspectiva quien dice tener contactos debe ser un charlatán o un alucinado.

Entre los científicos que se han arriesgado a intervenir en el tema OVNI y a emitir opinión, hay un RANGO de actitudes respecto a lo que algunas de las anomalías más desconocidas o inexplicadas podrían ser.  Aunque todo lo “OVNI” no es sinónimo de “nave extraterrestre”, ese porcentaje que sí podría serlo debería ser manejado con naturalidad y objetividad y sin prejuicios extremos.  Para empezar, el asumir que una fracción de los fenómenos aéreos anómalos pueden ser mejor explicados bajo la hipótesis extraterrestre (y-o transdimensional) no es algo “irracional”. Lo “irracional” es no considerarlo así. Pero ¿por qué es tan difícil tratar estos temas racionalmente?  

Primero que nada ese aspecto del fenómeno por el cual la hipótesis extraterrestre es la mejor propuesta representa un reformulamiento cardinal de nuestros supuestos epistemológicos y metafísicos…de nuestra experiencia basada en sentidos físicos que nos revelan un mundo “clásico”, de cómo normalmente interpretamos la “realidad” primariamente a través de una experiencia lineal, localmente conectada a través de causas exteriores a nivel macroscópico y sin una dependencia inextricable de factores síquicos. Esta fracción de los eventos OVNI además representan un cuestionamiento de las bases de la civilización moderna puesto que anomalías que muestran un comportamiento no clásico o físicamente inusual se acumulan dentro de una gama de evidencias que también se muestran de manera objetiva. Si los promotores de la cultura científica y del pensamiento moderno defienden la objetividad pero prefieren ridiculizar estos eventos sin conocer las evidencias a fondo entran en una contradicción: pretenden ser objetivos y prefieren ignorar las evidencias. Cuidan el orden social pero niegan el buen uso de la objetividad que es un fundamento formal de ese orden social. 

Como decía antes, hay una gama de posiciones entre los científicos que quieren hablar sobre el tema. De un lado tenemos a los dogmáticamente incrédulos como Donald Menzel y Edward Condon que tienden a descartar todo lo que pueden incluyendo buenas evidencias de antemano; tenemos a los neutros como Carl Sagan quizás inclinándose a la posibilidad que una interacción podría haber ocurrido en el pasado (hay una teoría de una señal dejada en el pasado que podría activarse en el futuro) ; tenemos a los que quizás comenzaron muy escépticos como el astrónomo J. Allen Hynek, el físico y meteorólogo James McDonald y el físico emérito Peter Sturrock pero que al considerar la evidencia terminaron admitiendo que los OVNIS son un tema que merece investigación  hasta que probablemente estamos siendo visitados por seres con una tecnología más avanzada o que al menos habría que considerar esta posibilidad. Finalmente tenemos a creyentes firmes en favor de la hipótesis ET, como el físico nuclear Stanton Friedman, al físico óptico Bruce Mc Cabee, al físico y astronauta Edgar Mitchell y al sicólogo experimental de la NASA Richard Haines quienes claramente han investigado los pro y los contra de manera objetiva y ahora se inclinan en favor que existe una presencia extraterrestre actual.  

La suposición de algunos científicos que podrían ser clasificados como “religiosamente escépticos” es que un porcentaje de reportes de OVNIS no solo corresponden a errores de identificación y eventos naturales inusuales sino a la ignorancia, el estado emocional y problemas sicológicos. Mientras algunos de los reportes pueden ser clasificados de esta naturaleza existen muchos que se basan en testigos muy creíbles, con un pasado militar o en posiciones de responsabilidad ante la comunidad. El DISCLOSURE PROJECT reúne a un buen número de estos últimos (probablemente unos 500), muchos de los cuales están dispuestos a testificar ante el congreso de los Estados Unidos acerca de sus experiencias y de lo que saben sobre el encubrimiento. http://www.disclosureproject.org/

Entonces, ¿quién realmente representa a “la ciencia”? y ¿qué dice “la ciencia”? Y me pregunto si para realmente ser “científicos” ¿debemos atenernos a declaraciones dentro de asociaciones científicas y universidades donde generalmente se prefiere no tratar el tema o debemos pensar con objetividad sopesando cuidadosamente los pros y los contras de la evidencia? ¿Debemos simplemente esperar a que se pronuncien desde las grandes instituciones formales de la modernidad o debemos atenernos a las investigaciones y las experiencias de millones civiles que – aunque no han sido entrenados con el método científico – en muchas ocasiones sí pueden observar y reportar con suficiente objetividad? Acaso sus declaraciones (individuales y grupales), sus fotografías (desde principios del Siglo XX) y sus filmaciones acumuladas longitudinalmente a lo largo de muchas décadas no deben ser consideradas válidas? 

Hay veces en que seguir la recomendación de Occam (la “navaja de Occam”) de no multiplicar explicaciones y más bien optar por la más sencilla (generalmente entendida como convencional en el caso de OVNIS que no pueden explicarse fácilmente) es adoptada a la inversa: En algunos casos la explicación más sencilla sería la hipótesis extraterrestre y la que multiplica explicaciones y elucubraciones para no considerar esa hipótesis sería lo que no habría recomendado Occam.

En mi estimación una posición científica o de “la ciencia” no siempre necesita ser refrendada por asociaciones de científicos. Menos aún hoy en día en que se compite tanto por fondos o subvenciones y se obliga a los científicos a publicar trabajos constantemente compitiendo con sus colegas por reconocimiento y credibilidad por lo que no pueden generar dudas tratando temas tan controversiales.

¿Qué podemos hacer? Si solo un elemento de evidencia obtenido en los últimos 70 años aproximadamente fuese de origen extraterrestre (aunque sea demasiado controversial y extraordinaria y fácil pero irresponsable e irracionalmente ridiculizable) ¿pasarán otros 70 años de expectativas para que estos asuntos se tomen en serio?

Quizás la revelación de la presencia extraterrestre principalmente quede en manos de ciudadanos con más libertad para actuar alrededor del mundo; ciudadanos aun interesados en la verdad; y ¿por qué no? en experiencias de contacto más verificables, más obvias y casi o totalmente innegables. O quizás eventualmente las investigaciones oficiales llevadas a cabo en países cuya población aparentemente cuenta con una mayor flexibilidad mental para renovar sus bases conceptuales podrían generar resultados altamente inusuales y decir las cosas como son. En otras palabras, quizás ya nos estamos acercando al momento de superar la barrera del ridículo ante lo extraño que culturalmente es relegado a la fantasía y generar evidencias decisivas.  

En la página de CUFOS leemos: “El estudio del fenómeno OVNI no debería involucrar el problema de la creencia. Los ufólogos serios no están tratando de lograr que la gente crea en los OVNIS, están tratando de demostrar que el fenómeno OVNI –sea lo que sea – merece un estudio científico serio. Un problema que los ufólogos enfrentan frecuentemente es la ignorancia sobre el tema. Aún los escépticos bien educados – a menudo profesores universitarios – no tienen conciencia de la evidencia de OVNIS, de la literatura sobre el tema, la historia de cómo el gobierno ha estado involucrado y las investigaciones civiles, y los detalles de los casos más significativos.  De hecho, los ufólogos serios son a menudo los mejores escépticos; ellos poseen un conocimiento más grande de los pros y contras de estudiar los OVNIS que los mismos detractores.
Los escépticos frecuentemente argumentan en contra del estudio de OVNIS basados en suposiciones no relacionadas con la evidencia. Ellos asumen que seres de otros planetas no visitarían la Tierra en cantidades tan grandes como las que los avistamientos de OVNIS sugieren o que la gente ve OVNIS debido a alguna necesidad religiosa o emocional. Por el hecho de que los científicos no estudian a los OVNIS usted puede asumir que la evidencia es escasa. En términos prácticos, los científicos estudian generalmente tópicos que son aceptables académicamente de los cuales se posee abundante información y pueden atraer fondos del gobierno y recursos privados.
Para aquellos que se mantienen escépticos al valor de la investigación OVNI he aquí algunas sugerencias:
·       Lea la literatura de OVNIS seria y relevante.
·       Averigüe sobre los investigadores OVNI y sobre las organizaciones de investigación.
·       Conozca los hechos detrás del fenómeno.
·       Estudie la información y no confunda hechos con especulación.
·       Examine los métodos de investigación y los argumentos de los escépticos.
Recuerde que el escepticismo serio requiere de un entendimiento de la información, la investigación científica y social relevante y la historia del misterio OVNI a todo lo ancho del mundo”.
Debido a lo extraño de algunos aspectos del fenómeno OVNI no existe una admisión generalizada de evidencias en favor de la posibilidad de una presencia extraterrestre que sea admitida por una mayoría de científicos trabajando en universidades de prestigio internacional, en asociaciones científicas reconocidas o en la literatura de revistas muy formales como “Science”. Popularmente, esto da la impresión de que “la ciencia” o los científicos estuvieran de acuerdo en que no hay evidencias, datos o indicios para considerar el estudio de la fenomenología en serio. Sin embargo, sociológicamente hablando, casi siempre hay una reticencia en adoptar nuevos paradigmas y visiones del mundo.
Innumerables veces los científicos se han equivocado cuando han tenido que cambiar los paradigmas con los que operan dentro de sus acuerdos intersubjetivos explícitos e implícitos. Muchas veces han cambiado por descubrimientos accidentales. No es de extrañarse que ante un tema que modificaría no solo paradigmas sino premisas metafísicas aún más fundamentales y hasta un sentido de la realidad de naturaleza pre-verbal exista tanta incomodidad. Sin embargo, creo que la verdad ser ignorada indefinidamente y que debido a la gran acumulación de diversos tipos de evidencias (físicas, fotográficas, testimoniales, documentarias) podría darse un gran cambio que implicaría un gradual o relativamente acelerado replanteamiento de nuestros fundamentos culturales.
Entre los 40 testigos que se presentaron ante el “Citizen’s Hearing on Disclosure” (La Audiencia Ciudadana para la Revelación) de abril del 2013 (evento que ocurrió con una relativa escasa concurrencia de la prensa y del público) en el National Press Club en Washington, DC (bajo la organización de Stephen Bassett de Paradigm Research Group) declararon ex agentes de la CIA, policías, militares que custodiaban bases militares, científicos, astronautas, pilotos comerciales y militares. La sinceridad y seriedad de los declarantes fue notable pero esta audiencia no ocurrió en el Congreso.
En el Congreso de los Estados Unidos sí se dieron anteriormente dos audiencia sobre el fenómeno OVNI. Una ocurrió en julio de 1968 cuando doce científicos testimoniaron sobre sus investigaciones. Uno de ellos fue James McDonald quien había estudiado 500 casos y presentó los mejores 41 que presentaban avistamientos por múltiples testigos y por meteorólogos, pilotos, astrónomos, a veces en combinación con visualizaciones de radar. McDonald también reportó casos con evidencias físicas luego que objetos anómalos aterrizaran.
Otro científico fue James Harder, profesor emérito fe ingeniería quien opinó que en algunos casos OVNI ciertos artefactos mostraban un probable tipo de propulsión alternativo muy avanzado. Otro declarante fue el sociólogo Robert Hall quien opinó que muchos de los casos no podían atribuirse a histeria colectiva.
En otra ocasión el 30% de los casos de los 117 casos estudiados por la un equipo en Universidad de Colorado que ofreció sus conclusiones reportándolas a la Fuerza Aérea Estadounidense por medio de la comisión dirigida por el Dr. Edward Condon no pudieron ser explicados y sin embargo la anti científica conclusión de esta comisión negaba la importancia de los OVNIS. Esto fue cuestionado por varios científicos pero le dio una excusa a muchos otros y a la Fuerza Aérea para oficialmente restar importancia a continuar investigando. Fue un alivio sicológico para muchos y un desastre desde el punto de vista de la verdad.
En años recientes el cirujano podiatra el Dr. Roger Leir extrajeron e hicieron analizar supuestos implantes alienígenas y los resultados fueron los siguientes:
Centro metálico (principalmente de hierro, carbono, oxígeno) rodeado de capa orgánica dura y aceitosa que aparentemente evita el rechazo o la respuesta inflamatoria. No hay señales del puerto de entrada o cicatrices en la piel. Se verificaron nanotubos de carbono hexagonales de una sola pared dispersos por el material. Producción de ondas EM en frecuencias de 1.2 Ghz; 110, 137, 17 Mhz, y 8Hz mientras se hallan dentro del cuerpo humano. Presencia de isótopos de hierro meteórico que no ocurren naturalmente en la Tierra. No emiten radiactividad o radiación ionizante. Se hallaron cristales de cloruro de sodio ortorrómbico rectangulares y presencia de campos magnéticos superiores a 10 Mili gauss. Se detectaron fibras que se conectan a nervios propiocépticos. Hay presencia de elementos raros como iridio.

Estos objetos fueron analizados en Los Álamos National Labs, Universidad de California en San Diego, Laboratorios metalúrgicos SEAL, Universidad Tecnológica de Nuevo Méjico, Universidad de Toronto. Alguna información se puede hallar en http://www.alienscalpel.com/research

La necesidad de establecer un estudio internacional sobre el fenómeno OVNI ya quedó establecido en la resolución de las Naciones Unidas UN 33/426 de 1978. Los méritos científicos para establecer este estudios desde la ONU fueron establecidos por una comisión en la que participaron investigadores serios del fenómeno OVNI como Jacques Valleé. El problema es que no se implementó.

El problema no es la falta de evidencias serias que sugieran la presencia extraterrestre sino una actitud en contra de esta posibilidad especialmente entre muchas personas ligadas a estamentos formales fundamentados en una racionalidad clásica. Sin embargo las evidencias siguen creciendo y entender las implicancias de una real o probable presencia extraterrestre representada por ese pequeño porcentaje de avistamientos de objetos aéreos anómalos es en parte tarea de la emergente disciplina de la Exopolítica sobre la cual he escrito en otros ensayos. Se requiere evaluar muchos factores aceptando muchas posibilidades con amplitud de criterio. También se requiere manejar mucha información.

Para progresar en este campo no solo hay que continuar reportando más estadísticas que incluyan algunos eventos OVNI “inexplicados” debido a la resistencia dentro de muchas autoridades políticas, culturales, científicas de quienes trabajan en grandes instituciones, debido al fanatismo en pro y en contra hay que dar un paso mucho más original para la verificación colectiva de la presencia extraterrestre, posiblemente a través de contactos filmados con la presencia de múltiples testigos, autoridades y detecciones con sensores electrónicos.

En conclusión, sí existe evidencia científica de la presencia extraterrestres pero nuestra relación ante ella es ambigua. No es cuestión de rechazarla irracionalmente. Tampoco es cuestión de creer en casos o en mensajes transmitidos a través de contactados sin analizar comparativamente, sin constatar evidencias o perdiendo la objetividad. Hay irracionalidad en los creyentes en los contactos con extraterrestres así como en los no creyentes extremos. Frecuentemente hay una dicotomía o manera de pensar diametralmente opuesta. La nueva mentalidad que se requiere depende de una integración ordenada de ideas y evidencias. Esto demanda nuevos modelos de integración de los aspectos objetivos, subjetivos, sociales, culturales, síquicos y multidimensionales de la existencia.

La Teoría Integral de Ken Wilber, el Pensamiento Complejo de Edgar Morin, el revaluar aspectos de las sabidurías ancestrales así como la transdisciplinariedad (por ejemplo la propuesta por Nicolescu) nos pueden llevar a ampliar nuestra forma de pensar el mundo sin aferrarnos a límites o separaciones excesivas. Para entender mejor el fenómeno OVNI sin fanatismos es cuestión de explorar todos sus aspectos con cuidado de manera integral y realizar evaluaciones con la mayor objetividad posible.


El tema es complejo y delicado y requiere manejar mucha información para analizar en el contexto adecuado y poder asociar y contrastar de manera analítica también adecuada. El tema OVNI, especialmente los aspectos que claramente sugieren una presencia extraterrestre, produce reacciones intensas en favor y en contra. Por un lado ineluctablemente se le asocia a lo fantástico y a lo risible y si se le toma enserio cuestiona premisas metafísicas implícitas y generalmente no cuestionadas de manera consciente. Tiende a cuestionar a un sentido realista y materialista de las cosas y quienes reportan  o informan al público tienden a no entenderlo fuera de explicaciones cliché dentro del imaginario público. El tema genera temores o entusiasmos probablemente infundados así como una necesidad de simplificarlo en respuestas fáciles y polarizadas. Sin embargo es necesario estudiarlo objetivamente y con amplitud de criterio, un criterio que incluya no solo los aspectos objetivos y evidenciales sino los sicológicos, culturales y sociales sin obviar los aspectos psíquicos y espirituales ligados a una posible conexión “no local” o instantánea a través de la consciencia. El resultado sería una ciencia mucho más amplia y completa asociada a una transformación cultural a nivel planetario.

Algunas Fuentes de Información Objetivas y Serias

www.ufoevidence.org   (mucha información con estudios serios y records históricos).

http://www.cufos.org/FAQ_Spanish_P2.html#theory (Organización compuesta por científicos, académicos y voluntarios fundada por J. Allen Hynek).

http://www.disclosureproject.org/  (Múltiples testigos de alto nivel, muchos de los cuales trabajaron para el gobierno y atestiguaron OVNIS y eventos relacionados).


http://ufosontherecord.com/leslie-kean/  (La periodista de investigación Leslie Kean toma declaraciones de generales, pilotos y oficiales del gobierno acerca del tema OVNI).

Michael E. Salla (2010). "Exposición de las Políticas del Gobierno USA Sobre la Vida Extraterrestre, Kealakekua: www.exopoliticsinstitute.org  

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